Frases sobre luz
página 7

William Faulkner Foto
Martin Luther King Foto

“La oscuridad no puede conducirte fuera de la oscuridad;
sólo la luz puede hacer eso.
El odio no puede conducirte fuera del odio;
sólo el amor puede hacer eso.”

Martin Luther King (1929–1968) líder del movimiento por los derechos civiles en los Estados Unidos de América

Variante: «La oscuridad no puede conducirte fuera de la oscuridad: sólo la luz puede hacer eso.
El odio no puede conducirte fuera del odio; sólo el amor puede hacer eso»

Bret Easton Ellis Foto
David Herbert Lawrence Foto
Jack Kerouac Foto
Gabriel García Márquez Foto
Juan Carlos Onetti Foto
Victor Hugo Foto
Arturo Uslar Pietri Foto
Alessandro Baricco Foto
Donna Tartt Foto
Oscar Wilde Foto
Guillermo del Toro Foto

“En ausencia de la luz prevalece la oscuridad”

Guillermo del Toro (1964) director, guionista y novelista mexicano

Hellboy: The Art of the Movie

Isabel Allende Foto
Pablo Neruda Foto
Francis Scott Fitzgerald Foto
Rafael Alberti Foto
Stephen King Foto
Henry Hazlitt Foto
Marianne Williamson Foto

“Tanto en el mundo espiritual como en el mundo físico, cuando más oscuro está el cielo, vemos mejor la luz de las estrellas.”

Marianne Williamson (1952) escritora estadounidense

The Gift of Change: Spiritual Guidance for Living Your Best Life

Deepak Chopra Foto
Patrick Rothfuss Foto

“Me llamo Kvothe, que se pronuncia «cuouz». Los nombres son importantes porque dicen mucho sobre la persona. He tenido más nombres de los que nadie merece.
Los Adem me llaman Maedre. Que, según cómo se pronuncie, puede significar la Llama, el Trueno o el Árbol Partido.
La Llama es obvio para todo el que me haya visto. Tengo el pelo de color rojo intenso. Si hubiera nacido hace un par de siglos, seguramente me habrían quemado por demonio. Lo llevo corto, pero aun así me cuesta dominarlo. Si lo dejo a su antojo, se me pone de punta y parece que me hayan prendido fuego.
El Trueno lo atribuyo a mi potente voz de barítono y a la instrucción teatral que recibí a temprana edad.
El Árbol Partido nunca lo he considerado muy importante.
Aunque pensándolo bien, supongo que podríamos considerarlo al menos parcialmente profético.
Mi primer mentor me llamaba E’lir porque yo era listo y lo sabía. Mi primera amante me llamaba Dulator porque le gustaba cómo sonaba. También me han llamado Shadicar, Dedo de Luz y Seis Cuerdas. Me han llamado Kvothe el Sin Sangre, Kvothe el Arcano y Kvothe el Asesino de Reyes. Todos esos nombres me los he ganado. Los he comprado y he pagado por ellos.
Pero crecí siendo Kvothe. Una vez mi padre me dijo que significaba «saber».
Me han llamado de muchas otras maneras, por supuesto. La mayoría eran nombres burdos, aunque muy pocos eran inmerecidos.
He robado princesas a reyes agónicos. Incendié la ciudad de Trebon. He pasado la noche con Felurian y he despertado vivo y cuerdo. Me expulsaron de la Universidad a una edad a la que a la mayoría todavía no los dejan entrar. He recorrido de noche caminos de los que otros no se atreven a hablar ni siquiera de día. He hablado con dioses, he amado a mujeres y he escrito canciones que hacen llorar a los bardos.
Quizá hayas oído hablar de mí.”

The Name of the Wind

Markus Zusak Foto
Ernesto Cardenal Foto
Bohumil Hrabal Foto
William Shakespeare Foto
Horacio Quiroga Foto

“sus ojos, así, llenaban aquel semblante en flor con la luz de su belleza.”

Horacio Quiroga (1878–1937) cuentista, poeta y dramaturgo uruguayo

Cuentos de Amor de Locura y de Muerte
Variante: Pero sus ojos, así, llenaban aquel semblante en flor con la luz de su belleza.

Donna Tartt Foto
Juan Marsé Foto
Charles Bukowski Foto
Marianne Williamson Foto

“El amor expulsa el miedo de la misma manera que la luz expulsa la oscuridad.”

Marianne Williamson (1952) escritora estadounidense

Volver al amor

Terry Pratchett Foto
Paco Ignacio Taibo II Foto
Carl Sagan Foto

“Consideremos nuevamente este punto. Eso es aquí, Es nuestro hogar. Eso somos nosotros. En él están todos los que amamos, todo los que conoces, todos de quiénes haz oído hablar, y todos los seres humanos, quiens fueran que han vivido sus vidas. La suma de nuestra alegría y sufrimiento, miles de confiadas religiones, ideologías y doctrinas económicas, cada cazador y recolector, cada héroe y cobarde, cada creador y destructor de la civilizaciones, cada rey y cada campesino, cada joven pareja de enamorados, cada madre y padre, cada esperanzado niño, inventor y explorador, cada maestro de moral, cada político corrupto, cada “superestrella”, cada “líder supremo”, cada santo y pecador en la historia de nuestra especie vivió ahí: en una mota de polvo suspendida en un rayo de Sol.

La Tierra es un muy pequeño escalón en una vasta arena cósmica. Piensa en los ríos de sangre derramados por todos esos generales y emperadores, para que, en gloria y triunfo, pudieran convertirse en amos momentáneos de una fracción de un punto. Piensa en las interminables crueles visitas que los habitantes de una esquina de ese pixel hicieron contra los apenas distinguibles habitantes de alguna otra esquina; la frecuencia de sus malentendidos, la impaciencia por matarse unos a otros, la generación de fervientes odios. Nuestras posturas, nuestra imaginada auto-importancia, la falsa ilusión de tener una posición privilegiada en el Universo, son desafiadas por este pálido punto de luz.

Nuestro planeta es una mota solitaria en la inmensa oscuridad cósmica. En nuestra oscuridad, en toda esta vastedad, no hay ni un indicio de que la ayuda llegará desde algún otro lugar para salvarnos de nosotros mismos. La Tierra es el único mundo conocido hasta ahora que alberga vida. No hay ningún otro lugar, al menos en el futuro cercano, al cual nuestra especie pudiera migrar. ¿Visitar?, Sí. Establecerse, ¿aún no?. Nos guste o no, por el momento la Tierra es donde tenemos que quedarnos.

Se ha dicho que la astronomía es una experiencia de humildad y construcción de carácter. Quizá no hay mejor demostración de la tontería de la soberbia humana que ésta imagen distante de nuestro minúsculo mundo. Para mí, subraya nuestra responsabilidad de tratarnos los unos a los otros más amablemente, y de preservar y cuidar el pálido punto azul, el único hogar que jamás hemos conocido”

Carl Sagan (1934–1996) astrofísico, cosmólogo y divulgador científico estadounidense
Carl Sagan Foto
Javier Marías Foto
Jean-Dominique Bauby Foto
Antonio Muñoz Molina Foto
Ken Follett Foto
Ben Lerner Foto
Almudena Grandes Foto
Carlos Ruiz Zafón Foto
Fernando Vallejo Foto
Charles Baudelaire Foto
Pablo Neruda Foto
Marianne Williamson Foto
Julio Cortázar Foto

“… y se corría a ochenta kilómetros por hora hacia las luces que crecían poco a poco, sin que ya se supiera bien por qué tanto apuro, por qué esa carrera en la noche entre autos desconocidos donde nadie sabía nada de los otros, donde todo el mundo miraba fijamente hacia adelante, exclusivamente hacia adelante.”

Todos los fuegos el fuego
Variante: Y en la antena de la radio flotaba locamente la bandera con la cruz roja, y se corría a ochenta kilómetros por hora hacia las luces que crecían poco a poco, sin que ya se supiera bien por qué tanto apuro, por qué esa carrera en la noche entre autos desconocidos donde nadie sabía nada de los otros, donde todo el mundo miraba fijamente hacia adelante, exclusivamente hacia adelante.

Gustavo Adolfo Bécquer Foto

“A la luz del farolillo, cuya dudosa claridad se perdía entre las espesas sombras de”

Gustavo Adolfo Bécquer (1836–1870) poeta y narrador español

El Beso

“Sé que hay un motivo para todo. Tal vez en el momento en que se produce un hecho no contamos con la penetración psicológica ni la previsión necesarias para comprender las razones, pero con tiempo y paciencia saldrán a la luz.”

Muchas vidas, muchos maestros
Variante: Se q hay un motivo para todo. Tal vez en el momento en q se produce un hecho no contamos con la penetración psicológica ni la previsión necesarias para comprender las razones, pero con el tiempo y paciencia saldrán a la luz

Octavio Paz Foto
Tim Powers Foto
Anthony Doerr Foto
Haruki Murakami Foto
Donna Tartt Foto
Susanna Tamaro Foto
Arturo Pérez-Reverte Foto
Jacques Cazotte Foto
Fernando Pessoa Foto

“La música, la luz de la luna y los sueños son mis armas mágicas.”

Fernando Pessoa (1888–1935) poeta portugués

La hora del Diablo

Laura Esquivel Foto
Henry Miller Foto
Julianna Baggott Foto
Rubén Darío Foto
Tracy Chevalier Foto
Elena Poniatowska Foto
Umberto Eco Foto
Margaret Atwood Foto
Lionel Shriver Foto

“Mientras tanto empecé a ver mi cuerpo desde una nueva luz. Por primera vez concebía los montecillos de mi pecho como tetas para que los pequeños chuparan, y su semejanza física con las ubres de las vacas o las colgantes distensiones de piel a las que se asían los cachorrillos lactantes pronto resultó algo inevitable. Es curioso ver que hasta las mujeres olvidan para qué son los pechos.

También se transformó la raja entre mis piernas. Perdió parte de su carácter vergonzoso, de su obscenidad, o adquirió una obscenidad de otra clase. Sus labios no se abrían ya a un angosto y oscuro callejón, sino a una especie de profundo abismo. El propio pasadizo pasó a ser un camino hacia algún otro lugar, un lugar real, y no meramente un lugar sombrío en mi mente. El colgante de carne de su frente asumió un aspecto equívoco, y empezó a parecerme un tentador anzuelo, una píldora para endulzar la pesada carga de la especie, como las piruletas que me daban de niña en el dentista.

En suma, que todo cuanto me hacía bella era algo intrínseco a la maternidad, y hasta mi deseo de que los hombres me encontraran atractiva era la estratagema de un cuerpo diseñado para expulsar a su propio recambio. No voy a presumir de ser la primera mujer que descubrió que los niños no vienen de París. Pero todo aquello era nuevo para mí. Y, francamente, no estaba muy segura al respecto. Me sentía prescindible, desechable tragada por un gran proyecto biológico que no había iniciado ni elegido, que me daba presencia pública, pero que también me marcaba y me escupía. Me sentía utilizada.”

We Need to Talk About Kevin

Jorge Luis Borges Foto
Francis Scott Fitzgerald Foto
Jodi Picoult Foto

“bajo la luz de la luna, que ni es luz ni es nada, solo un pálido reflejo del sol.”

Jodi Picoult (1966) escriptora dels Estats Units d'Amèrica

Las normas de la casa

Octavio Paz Foto
David Nicholls Foto
Daniel Pennac Foto
Stephen King Foto
Marguerite Duras Foto
Victor Hugo Foto

“Oh, Vos, ¿quién sois? El Eclesiástico os llama Todopoderoso; los Macabeos os nombran Creador; la Epístola a los Efesios os llama. Libertad; Baruch os nombra Inmensidad; los Salmos os llaman Sabiduría y Verdad; Juan os llama Luz; los reyes os nombran Señor; el Éxodo os apellida Providencia; el Levítico, Santidad; Esdras, Justicia; la creación os llama Dios; el hombre os llama Padre; pero Salomón os llama Misericordia, y éste es el más bello de vuestros nombres".”

Victor Hugo (1802–1885) poeta, novelista y dramaturgo francés

Los Miserables
Variante: Oh, Vos, ¿quién sois? El Eclesiástico os llama Todopoderoso; los Macabeos os nombran
Creador; la Epístola a los Efesios os llama. Libertad; Baruch os nombra Inmensidad; los Salmos
os llaman Sabiduría y Verdad; Juan os llama Luz; los reyes os nombran Señor; el Éxodo os
apellida Providencia; el Levítico, Santidad; Esdras, Justicia; la creación osllama Dios; el hombre
os llama Padre; pero Salomón os llama Misericordia, y éste es el más bello de vuestros nombres.

Ernesto Cardenal Foto
Philippa Gregory Foto
Franz-Olivier Giesbert Foto
Paulo Coelho Foto

“Si lo que tú has encontrado está formado por materia pura, jamás se pudrirá. Y tú podrás volver un día. Si fue sólo un momento de luz, como la explosión de una estrella, entonces no encontrarás nada cuando regreses. Pero habrás visto una explosión de luz. Y esto sólo ya habrá valido la pena. El”

El alquimista
Variante: Si lo que tú has encontrado está formado por materia pura, jamás se pudrirá. Y tú podrás volver un día. Si fue sólo un momento de luz, como la explosión de una estrella, entonces no encontrarás nada cuando regreses. Pero habrás visto una explosión de luz. Y esto solo ya habrá valido la pena.

Patrick Rothfuss Foto
Roberto Alifano Foto
Carl Sagan Foto
Charles Baudelaire Foto
Javier Moro Foto
Allan Kardec Foto
Ken Follett Foto
Paulo Coelho Foto
E.M. Forster Foto

“En ese preciso momento el camino se abría y con una exclamación Lucy se encontró fuera del bosque. Luz y belleza la envolvía. Había ido a dar a una pequeña terraza que estaba cubierta de violetas de un extremo a otro.
- ¡Valor! -exclamó su compañero, erguido a unos seis pies de altura respecto a ella-. Valor y amor.
Ella no respondió. A sus pies el suelo se cortaba bruscamente dando paso a la panorámica. Violetas que se agrupaban alrededor de arroyos y corrientes y cascadas, regando la vertiente de la colina de azul, arremolinándose alrededor de los troncos de los árboles, formando lagunas en los agujeros, cubriendo la hierba con manchas de espuma azulada. Jamás volvería a haberlas en tal profusión. La terraza era el principio de lo bello, la fuente original donde la belleza hacía brotar agua que iba a la tierra.
De pie en el margen, como un nadador que se prepara, estaba el buen hombre. Pero no era el buen hombre que ella había pensado, y estaba solo.
George se había vuelto al oír su llegada. Por un momento la contempló, como si fuera alguien que bajaba de los cielos. Vio la radiante alegría en su cara, las flores que batían su vestido en olas azuladas. Los arbustos que la encerraban por encima. Subió rápidamente hasta donde estaba ella y la besó.
Antes de que ella pudiera decir algo, casi antes de que pudiera sentir nada, una voz llamó: ¡Lucy!, ¡Lucy!, ¡Lucy!. La señorita Bartlett, que era una mancha oscura en la panorámica, había roto el silencio de la vida.”

A Room with a View

Herman Melville Foto
Howard Phillips Lovecraft Foto
Carlos Ruiz Zafón Foto
Jack Canfield Foto
Paulo Coelho Foto
Stephen King Foto