Frases sobre menos
página 16

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“Si hay menos mal humor en las altas esferas, también lo habrá en el resto del escalafón.”

Liderazgo. El poder de la inteligencia emocional

“Cuanto más expreses, menos tendrás para almacenar. Mientras que la postergación cierra las puertas de evacuación, la prudencia exagerada apenas las abre.”

Walter Riso (1951)

Sabiduría emocional: Un reencuentro con las fuentes naturales del bienestar y la salud emocional (Biblioteca Walter Riso)

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“Cada persona sospecha que cuenta por lo menos con una de las virtudes cardinales, y ésta es la mía: soy una de las pocas personas honestas que he conocido.”

El gran Gatsby
Variante: Cada persona se cree dueña de al menos una de las virtudes cardinales, y ésta era la mía: soy una de las pocas personas honestas que conozco.

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“Todo el mundo está más o menos loco.”

Enric González (1958) periodista español

Todas las historias

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“Cuanto menos intentemos, menos riesgo tendremos de fracasar.”

Robert Greene (1959) Escritor estadounidense de origen judio

Maestría

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“El compromiso mínimo que pedimos al prospecto debe eliminar nuestro riesgo, o al menos hacerlo manejable.”

Sea el elefante: Edifique una empresa más grande y mejor

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“No es tarea del teorizante establecer el grado posible de realización de una idea, sino el saber exponerla; es decir, que el teorizante tiene que preocuparse menos del camino a seguir que de la finalidad perseguida. Lo decisivo es, pues, la exactitud de una idea en principio y no la dificultad que ofrezca su realización. Así, cuando el teorizante busca, en lugar de la verdad absoluta, tomar en consideración las llamadas "oportunidad" y "realidad", dejará éste de ser una estrella polar para transformarse en un recetador cotidiano. El teorizante de un Movimiento ideológico puntualiza la finalidad de éste; el político aspira a realizarla. El primero se subordina en su modo de pensar a la verdad eterna, en tanto que el segundo somete su manera de obrar a la realidad práctica. La grandeza de uno reside en la verdad absoluta y abstracta de su idea, la del otro en el punto de vista cierto en que se coloca con relación a los hechos y al aprovechamiento útil de los mismos, debiendo servir de guía a éste el objetivo del teorizante. En cuanto al éxito de los planes, esto es, la realización de esas acciones, pueden ser consideradas como piedra de toque en la importancia de un político, ya que nunca se podrá realizar la última intención del teorizante sin éste, pues al pensamiento humano le es dado comprender las verdades, adornar ideales claros como el cristal, sin embargo la realización de los mismos es demolida por la imperfección e insuficiencia humanas. Cuanto más abstractamente cierta, y, por tanto, más formidable fuera una idea, tanto más imposible se vuelve su realización, una vez que ésta depende de criaturas humanas. Es por eso que no se debe medir la importancia de los teorizantes por la realización de sus fines, y sí por la verdad de los mismos y por la influencia que ellos tuvieron en el desarrollo de la Humanidad. Si así no fuese, los fundadores de religiones no podrían ser considerados entre los mayores hombres de este mundo, por cuanto la realización de sus intenciones éticas nunca será, ni aproximadamente, íntegra. Incluso la religión del amor, en su acción, no es más que un reflejo débil de la voluntad de su sublime fundador; su importancia por consiguiente reside en las directrices que ella procuró imprimir en el desarrollo general de la cultura y de la moralidad entre los hombres.”

Adolf Hitler (1889–1945) Führer y Canciller Imperial de Alemania. Líder del Partido Nazi

Mi Lucha

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“Un mayor conocimiento fisiológico del cerebro hace que la existencia del alma resulte menos posible y a la vez más probable por la misma naturaleza de la busqueda”

Stephen King (1947) escritor, novelista, columnista, productor cinematográfico y director estadounidense

The Gunslinger

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“Uno no siempre hace lo que quiere
uno no siempre puede
por eso estoy aquí
mirándote y echándote
de menos.”

Mario Benedetti (1920–2009) escritor uruguayo

Citas de Benedetti sobre el amor
Fuente: Benedetti, Mario. Mario Benedetti: textos preferidos y complementarios de autor y lector; documentación bibliográfica. Anthropos Editorial, 1992, p. 18.
Fuente: Poema Hombre preso que mira a su hijo, de Poemas de otros, 1974.

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“Pero una ráfaga de moto ha pasado por mi casa, y uno, ya, más o menos, vive de ráfagas.”

Francisco Umbral (1932–2007) Escritor español (1932-2007)

La Belleza Convulsa

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“Ambos quieren un pedazo de mí. Y mientras más quieren, menos les doy.”

Alberto Fuguet (1964) escritor y director de cine chileno

Mala onda

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“Una de las peores pruebas de la decadencia de Alemania, ya antes de la guerra, era la casi total indiferencia general que se notaba con respecto a todo. Esa situación mental es siempre la consecuencia de la incertidumbre sobre las cosas. De ésta y de otras causas surge la pusilanimidad, como consecuencia fatal. El sistema de educación contribuía a agravar esa situación. La educación alemana de la anteguerra adolecía de muchos defectos. Tenía una orientación particularista, concentrada en el aprendizaje puramente "teórico", dándole una importancia menor a la "práctica". Aun menos valor se le adjudicaba a la formación del carácter del individuo y mucho menos todavía a la tarea de fomentar el sentimiento de la satisfacción en la responsabilidad; finalmente, era nula la importancia dada a la educación de la voluntad y del espíritu de decisión. Los frutos de ese sistema educacional no producían realmente mentalidades fuertes, sino más bien dóciles "eruditos", como por lo general se nos consideraba a los alemanes antes de la guerra, juzgándosenos según ese criterio. Al alemán se le quería porque era un elemento utilizable, en cambio, se le respetaba poco, debido justamente a que no poseía la suficiente entereza de carácter. No sin razón perdió, pues, el alemán más fácilmente que cualquier súbdito de otros pueblos su nacionalidad y su patria.”

Adolf Hitler (1889–1945) Führer y Canciller Imperial de Alemania. Líder del Partido Nazi

Mi Lucha

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“¿Sabías que las indicaciones del tiempo de espera en la cola de las atracciones de Disneylandia están exageradas? Así, cuando llegas al principio de la cola en menos tiempo del anunciado, eres un visitante feliz.”

Guy Kawasaki (1954) Empresario y escritor estadounidense

El arte de cautivar: Cómo se cambian los corazones, las mentes y las acciones

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“Se quedan un momento inmóviles y en silencio, mirándose, hasta que Wenceslao sacude la cabeza en dirección al cordero y dice:
—Lo despenamos y en paz.
Más adelante será una res roja, vacía, colgando de un gancho, después se dorará despacio al fuego de las brasas, sobre la parrilla, al lado del horno, después será servido en pedazos sobre las fuentes de loza cachada, repartido, devorado, hasta que queden los huesos todavía jugosos, llenos de filamentos a medio masticar que los perros recogerán al vuelo con un tarascón rápido y seguro y enterrarán en algún lugar del campo al que regresarán en los momentos de hambruna y comenzarán a roer tranquilos y empecinados sosteniéndolos con las patas delanteras e inclinando de costado la cabeza para morder mejor, dando tirones cortos y enérgicos, hasta dejarlos hechos unas láminas o unos cilindros duros y resecos que los niños dispersarán, pateándolos o recogiéndolos para tirárselos entre ellos en los mediodías calcinados en que atravesarán el campo para comprar soda y vino en el almacén de Berini, objetos ya irreconocibles que quedarán semienterrados y ocultos por los yuyos en diferentes puntos del campo durante un tiempo incalculable, indefinido, en el que arados, lluvias, excavaciones, cataclismos, la palpitación de la tierra que se mueve continua bajo la apariencia del reposo, los pasearán del interior a la superficie, de la superficie al interior, cada vez más despedazados, más irreconocibles, hechos fragmentos, pulverizados, flotando impalpables en el aire o petrificados en la tierra, sustancia de todos los reinos tragada incesantemente por la tierra o incesantemente vuelta a vomitar, viajando por todos los reinos —vegetal, animal, mineral— y cristalizando en muchas formas diferentes y posibles, incluso en la de otros corderos, incluso en la de infinitos corderos, menos en la de ese cordero hacia el que ahora se dirige Wenceslao llevando el cuchillo y la palangana.”

Juan José Saer (1937–2005) escritor argentino

El limonero real

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