Frases sobre rostro
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“— ¡Capitán…! ¡Capitán…! ¿Qué broma es ésta? ¿Dónde se han metido?
Una sombra oscura nació de entre las sombras de la cocina. Era un targuí alto, muy delgado, con un oscuro "lithan" cubriéndole el rostro, un fusil en una mano y una larga espada en la otra.
Se detuvo bajo el porche.
— Están muertos -dijo.
Le observó incrédulo.
— ¿Muertos…? -repitió estúpidamente-. ¿Todos…?
— Todos.
— ¿Quién los mató?
— Yo.
Se aproximó sin dar crédito a lo que estaba oyendo.
— ¿Tú…? -inquirió agitando la cabeza como para desechar la idea-.
¿Pretendes decirme que tú, sin ayuda de nadie, has matado a doce soldados, un sargento y un oficial…?
Asintió con naturalidad:
— Dormían.
Abdul-el-Kebir, que había visto morir a miles de personas, que había ordenado ejecutar a muchas, y que aborrecía a todos y cada uno de sus carceleros, experimentó sin embargo una insoportable sensación de angustia y vacío en la boca del estómago, y se apoyó levemente en el poste de madera que soportaba el porche para no perder el equilibrio.
— ¿Los has asesinado mientras dormían? -inquirió-. ¿Por qué?
— Porque ellos asesinaron a mi 1huésped. -Hizo una pausa-. Y porque eran demasiados. Si uno daba la voz de alarma, hubieras muerto de viejo entre estas cuatro paredes…
Abdul-el-Kebir le observó en silencio y agitó la cabeza afirmativamente, como si comprendiese algo que se le antojó oscuro en un principio.
— Ahora te recuerdo… -admitió-.
Eres el targuí que nos dio hospitalidad… Te vi cuando me llevaban.
— Sí -asintió. Soy Gacel Sayah, eras mi huésped, y tengo la obligación de llevarte al otro lado de la frontera.
— ¿Por qué?
Le miró sin comprender. Por último, señaló:
— Es la costumbre… Pediste mi protección y debo protegerte.
— Matar a catorce hombres por protegerme resulta excesivo, ¿no crees…?
El targuí no se dignó responder y echó a andar en dirección a la abierta puerta.
— Traeré los camellos… -dijo-.
Prepárate para un largo viaje.
Le observó mientras se alejaba, perdiéndose de vista”

Tuareg

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“Nada retrata tanto la desesperanza como decir: así transcurrieron días, meses, años. Indefensos, delegamos en la sucesión fatal del tiempo, que es idéntica para todos, el avance de una corrupción que allana toda resistencia y sólo nos afecta a nosotros, recortándose contra el fondo del tiempo como una silueta a contraluz sobre una pantalla quieta. ¿Era el transcurso de los días lo que yo padecía, o más bien el privilegio de ser contemporáneo de mi propia degradación, el testigo de la evidencias que con el correr de las horas iban apartándome de lo humano? Que fueran sólo días no me consolaba; la crueldad vuelve irrisoria cualquier medida de tiempo. Así, pues, transcurrieron días, y a cada minuto sentía adelgazarse la diferencia que había entre mi cuerpo y su herida. El espacio, la ciudad, las distancias se desfiguraban a mi alrededor, se contraían en nudos álgidos y terminaban volatilizándose en el aire como si nunca hubieran sido otra cosa que ilusiones. Es probable que eso sea el Infierno: ese aire que sobrevive, intacto, a la desaparición de todas las cosas, y que envuelve como una esfera diáfana el espectáculo del derrumbe personal. Cada día que pasaba mi sufrimiento dividía el mundo por alguno de sus componentes. Un día eran las calles, otro el cielo, después eran los rostros, la luz, el idioma, y así seguido. El transcurso del tiempo no era más que esa obstinada voluntad de dividir; el resultado, como es previsible, iba decreciendo progresivamente. ¿Llegaría alguna vez a cero? Esa esperanza fue la última en abandonarme. El mundo, en efecto, es infinitamente divisible; tiende a cero, pero la cifra ínfima a la que esas divisiones lo acercan refleja menos un decrecimiento que una depuración, como si del otro lado de tanta resta no acechara el vacío sino la falta absoluta de estilo: el infierno desnudo.”

Alan Pauls (1959)
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“Déjame respirar mucho tiempo, mucho tiempo, el olor de tus cabellos; sumergir en ellos el rostro, como hombre sediento en agua de manantial, y agitarlos con mi mano, como pañuelo odorífero, para sacudir recuerdos al aire.
¡Si pudieras saber todo lo que veo! ¡Todo lo que siento! ¡Todo lo que oigo en tus cabellos! Mi alma viaja en el perfume como el alma de los demás hombres en la música.
Tus cabellos contienen todo un ensueño, lleno de velámenes y de mástiles; contienen vastos mares, cuyos monzones me llevan a climas de encanto, en que el espacio es más azul y más profundo, en que la atmósfera está perfumada por los frutos, por las hojas y por la piel humana.
En el océano de tu cabellera entreveo un puerto en que pululan cantares melancólicos, hombres vigorosos de toda nación y navíos de toda forma, que recortan sus arquitecturas finas y complicadas en un cielo inmenso en que se repantiga el eterno calor.
En las caricias de tu cabellera vuelvo a encontrar las languideces de las largas horas pasadas en un diván, en la cámara de un hermoso navío, mecidas por el balanceo imperceptible del puerto, entre macetas y jarros refrescantes.
En el ardiente hogar de tu cabellera respiro el olor del tabaco mezclado con opio y azúcar; en la noche de tu cabellera veo resplandecer lo infinito del azul tropical; en las orillas vellosas de tu cabellera me emborracho con los olores combinados del algodón, del almizcle y del aceite de coco.
Déjame morder mucho tiempo tus trenzas, pesadas y negras. Cuando mordisqueo tus cabellos elásticos y rebeldes, me parece que como recuerdos.”

Paris Spleen

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“15 de agosto de 1343
Misa solemne de campaña

El ejercito entero, concentrado en la playa, rendia culto a la Virgen de la Mar. Pedro III habia cedido a las presiones del Santo Padre y pactado una tregua con Jaime de Mallorca. El rumor corrio entre el ejercito. Arnau no escuchaba al sacerdote; pocos lo hacian, la mayoria tenia el rostro contrito. La Virgen no consolaba a Arnau. Habia matado. Habia talado arboles. Habia arrasado vinas y campos de cultivo ante los asustados ojos de los campesinos y de sus hijos. Habia destruido villas enteras y con ellas los hogares de gentes de bien. El rey Jaime habia conseguido su tregua y el rey Pedro habia cedido. Arnau recordo las arengas de Santa Maria de la Mar: "Cataluna os necesita! El rey Pedro os necesita! Partid a la guerra!". Que guerra? Solo habian sido matanzas. Escaramuzas en las que los unicos que perdieron fueron las gentes humildes, los soldados leales… y los ninos, que pasarian hambre el proximo invierno por falta de grano. Que guerra? La que habian librado obispos y cardenales, correveidiles de reyes arteros? El sacerdote proseguia con su homilia pero Arnau no escuchaba sus palabras. Para que habia tenido que matar? De que servian sus muertos?
La misa finalizo. Los soldados se disolvieron formando pequenos grupos.
- Y el botin prometido?
- Perpiñan es rica, muy rica -oyo Arnau.
- Como pagara el rey a sus soldados si ya antes no podia hacerlo?
Arnau deambulaba entre los grupos de soldados. Que le importaba a el el botin? Era la mirada de los niños lo que le importaba; la de aquel pequeño que, agarrado a la mano de su hermana, presencio como Arnau y un grupo de soldados arrasaban su huerto y esparcian el grano que debia sustentarles durante el invierno. Por que?, le preguntaron sus ojos inocentes. Que mal os hemos hecho nosotros? Probablemente los niños fueran los encargados del huerto, y permanecieron alli, con las lagrimas cayendo por sus mejillas, hasta que el gran ejercito catalan termino de destruir sus escasas posesiones. Cuando terminaron, Arnau ni siquiera fue capaz de volver la mirada hacia ellos.”

La catedral del mar

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“Si aquella noche el rostro de Inés se me mostró en las facciones de Bob, si en algún momento el fraternal parecido pudo aprovechar la trampa de un gesto para darme a Inés por Bob, fue aquella, entonces, la última vez que vi a la muchacha. Es cierto que volví a estar con ella dos noches después en la entrevista habitual, y un mediodía en un encuentro impuesto por mi desesperación, inútil, sabiendo de antemano que todo recurso de palabra y presencia sería inútil, que todos mis machacantes ruegos morirían de manera asombrosa, como si no hubieran sido nunca, disueltos en el enorme aire azul de la plaza, bajo el follaje de verde apacible en mitad de la buena estación.

Las pequeñas y rápidas partes del rostro de Inés que me había mostrado aquella noche Bob, aunque dirigidas contra mí, unidas a la agresión, participaban del entusiasmo y el candor de la muchacha. Pero cómo hablar a Inés, cómo tocarla, convencerla a través de la repentina mujer apática de las dos últimas entrevistas. Cómo reconocerla o siquiera evocarla mirando a la mujer de largo cuerpo rígido en el sillón de su casa y en el banco de la plaza, de una igual rigidez resuelta y mantenida en las dos distintas horas y los dos parajes; la mujer de cuello tenso, los ojos hacia delante, la boca muerta, las manos plantadas en el regazo. Yo la miraba y era “no”, sabía que era “no” todo el aire que la estaba rodeando.”

Juan Carlos Onetti (1909–1994) Escritor uruguayo

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Esta traducción está esperando su revisión. ¿Es correcto?
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“Hay cuerpos perfectos y rostros perfectos. Pero ¿qué no hay corazones perfectos?”

Paul Géraldy (1885–1983) escritor francés

Fuente: [Ortega Blake], Arturo (2013). El gran libro de las frases celebres. Penguin Random House Grupo Editorial. México, 2013. ISBN 9786073116312. https://books.google.es/books?hl=es&id=QJIAVIKP1dgC&q=G%C3%A9raldy#v=snippet&q=G%C3%A9raldy&f=false En Google Books. Consultado el 28 de diciembre de 2019.

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“Enséñame el rostro de tu madre y te diré quien eres.”

Gibran Jalil Gibran (1883–1931) poeta libanés

Fuente: [Ortega Blake] (2013), p. .

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“Antes de empezar a hablar, procura que en tu rostro pueda leerse lo que vas a decir.”

Marco Aurelio (121–180) emperador del Imperio Romano

Fuente: [Palomo Triguero] (2013), p. 86. https://books.google.es/books?hl=es&id=He9BAwAAQBAJ&q=Aurelio#v=snippet&q=Aurelio&f=false En Google Books. Consultado el 9 de diciembre de 2019.

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“En los rostros de aquellos que conocimos de jóvenes reconocemos lo viejos que nos hemos vuelto.”

Heinrich Böll (1917–1985) autor alemán

Fuente: [Albaigès Olivart] (1997), p. 570

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“Paseo por cada calle/Cerca de donde fluye el Támesis/Y noto en cada rostro que veo/Las marcas de debilidad, marcas de miseria…”

William Blake (1757–1827) poeta y pintor inglés

Canciones de inocencia y de la experiencia (1789-1794), «London» (1794)
Original: «I wander thro' each charter'd street,/Near where the charter'd Thames does flow/And mark in every face I meet/Marks of weakness, marks of woe...».
Fuente: «London»
Fuente: [Blake], William (en inglés). «London.» https://www.poetryfoundation.org/poems/43673/london-56d222777e969 Poetry Foundation. Consultado el 14 de septiembre de 2019.

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“No deben preocuparnos las arrugas del rostro, sino las del cerebro.”

Santiago Ramón y Cajal (1852–1934) neurocientífico español

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“Rostro: Resulta absolutamente necesario que un rostro / responda a todos los nombres del mundo.”

Paul Éluard (1895–1952) poeta francés dadaísta y surrealista

Citas de Éluard en Diccionario abreviado del surrealismo
Fuente: [Breton-Éluard] (1938), p. 90.

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“Mi mente aún sostenía la imagen de su rostro la noche que la había visto por última vez. Entonces tenía 42 años, y era una mujer con tanta energía que apenas podía sentarse quieta … Estaba mucho más delgada de lo que recordaba, y tenía la boca arrugada.”

Lee Hyeon-Seo (1980)

Escrito en su autobiografía The Girl With Seven Names (La niña con siete nombres), respecto a su reencuentro con su madre.
Original: «My mind still held the image of her face the night I’d last seen her. She was 42 then, and a woman of so much energy she could hardly sit still ... She was far thinner than I remembered, and her mouth was drawn and lined.»
Fuente: Shearlaw, Maeve. 'How I escaped from North Korea' – Hyeonseo Lee's story live. https://www.theguardian.com/world/2015/jul/03/north-korea-escape-hyeonseo-lee-live The Guardian, 3 de julio de 2015. Consultado el 9 de febrero de 2018.

“La poesía es rostro de una musa, es corchea, fusa, redonda y semifusa.”

Fuente: https://www.poemas-del-alma.com/blog/mostrar-poema-654666
#DíaMundialDeLaPoesía

“La poesía es rostro de una musa, es corchea, fusa, redonda y semifusa.”

Fuente: https://www.poemas-del-alma.com/blog/mostrar-poema-654666
#DíaMundialDeLaPoesía

“No renuncies nunca a tus sueños, a pesar de grandes adversidades, la calma después de tempestades, vendrá seguro con rostro risueño para hacernos del futuro dueños”

Fuente: "Lecciones y moralejas por escrito en gotas de cariño"
https://www.poemas-del-alma.com/blog/mostrar-poema-340450

“Te escribo mis humildes letras en poesía, porque no sé pintar el semblante de tu rostro lleno de alegría.”

Fuente: "Lecciones y moralejas por escrito en gotas de cariño"

“Yo deliro tu rostro, yo deliro tu voz y si cierro los ojos sigues alrededor.”

José Madero (1980) cantante, músico, compositor, productor, abogado y escritor mexicano

Fuente: Canción Plural siendo singular
Fuente: Canción Plural siendo singular