Frases sobre abierto
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“lo misterioso me inquieta siempre, es harto contrario a mi carácter, abierto hasta la imprudencia.”

Jean Jacques Rousseau (1712–1778) escritor, filósofo y músico franco-helvético definido como un ilustrado

LAS CONFESIONES

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“En los casos de internet, la Red y algunas formas de software, el modelo abierto demostró ser más efectivo.”

Los innovadores: Los genios que inventaron el futuro

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“El sabio nada desea, no juzga no hace planes, mantiene su mente abierta y su corazón con paz”

Isabel Allende (1942) escritora chilena

Variante: El sabio nada desea, no juzgam no hace planes, mantiene su mente abierta y su corazón con paz".

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“— ¡Capitán…! ¡Capitán…! ¿Qué broma es ésta? ¿Dónde se han metido?
Una sombra oscura nació de entre las sombras de la cocina. Era un targuí alto, muy delgado, con un oscuro "lithan" cubriéndole el rostro, un fusil en una mano y una larga espada en la otra.
Se detuvo bajo el porche.
— Están muertos -dijo.
Le observó incrédulo.
— ¿Muertos…? -repitió estúpidamente-. ¿Todos…?
— Todos.
— ¿Quién los mató?
— Yo.
Se aproximó sin dar crédito a lo que estaba oyendo.
— ¿Tú…? -inquirió agitando la cabeza como para desechar la idea-.
¿Pretendes decirme que tú, sin ayuda de nadie, has matado a doce soldados, un sargento y un oficial…?
Asintió con naturalidad:
— Dormían.
Abdul-el-Kebir, que había visto morir a miles de personas, que había ordenado ejecutar a muchas, y que aborrecía a todos y cada uno de sus carceleros, experimentó sin embargo una insoportable sensación de angustia y vacío en la boca del estómago, y se apoyó levemente en el poste de madera que soportaba el porche para no perder el equilibrio.
— ¿Los has asesinado mientras dormían? -inquirió-. ¿Por qué?
— Porque ellos asesinaron a mi 1huésped. -Hizo una pausa-. Y porque eran demasiados. Si uno daba la voz de alarma, hubieras muerto de viejo entre estas cuatro paredes…
Abdul-el-Kebir le observó en silencio y agitó la cabeza afirmativamente, como si comprendiese algo que se le antojó oscuro en un principio.
— Ahora te recuerdo… -admitió-.
Eres el targuí que nos dio hospitalidad… Te vi cuando me llevaban.
— Sí -asintió. Soy Gacel Sayah, eras mi huésped, y tengo la obligación de llevarte al otro lado de la frontera.
— ¿Por qué?
Le miró sin comprender. Por último, señaló:
— Es la costumbre… Pediste mi protección y debo protegerte.
— Matar a catorce hombres por protegerme resulta excesivo, ¿no crees…?
El targuí no se dignó responder y echó a andar en dirección a la abierta puerta.
— Traeré los camellos… -dijo-.
Prepárate para un largo viaje.
Le observó mientras se alejaba, perdiéndose de vista”

Tuareg

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“ojos grandes y una mirada grande de esos ojos y una pestaña que se desnuda con una penetrante luz abierta. (¡Ah”

Ernesto Cardenal (1925) político y sacerdote nicaragüense

Vida perdida. Memorias, I: 1

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“Quería probar si existen ciertas ventanas temporales de maduración netamente definidas durante las cuales formamos nuestros gustos culturales (…) en concreto, si existe una edad determinada a la que las ventanas de apertura se cierran por completo.

Mientras un CD con éxitos de Wagner tocados con ukelele atronaba junto a mi oficina, me preguntaba: ¿cuándo se forman nuestros gustos musicales y cuándo dejamos de estar abiertos a escuchar nuevas músicas? Empezamos a llamar a emisoras de radio especializadas en períodos musicales concretos: rock contemporáneo, música de los setenta tipo ""Starway to Heaven"", las emisoras de doo-wop de los cincuenta, etc. ""¿Cuándo fue introducida por primera vez la música que ponéis en vuestro dial? ¿Cuál es la edad media de vuestros oyentes?""

Surgió un patrón claro: no hay muchas personas de 17 años que sintonicen a las Andrew Sisters, en las comunidades de jubilados no se escucha mucho a Rage Against The Machine y los mayores fans de sesenta minutos ininterrumpidos de James Taylor están empezando a llevar vaqueros holgados.
Descubrimos que la mayoría de la gente tenía 20 años o menos cuando decidió qué tipo de música escuchar el resto de su vida. (…) Si tienes más de 35 años cuando se introduce un nuevo tipo de música popular, existe más de un 95% de posibilidades de que nunca elijas escuchar esa música. La ventana se ha cerrado.”

Monkeyluv: And Other Essays on Our Lives as Animals

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“Apoderarse de un corazón que no está acostumbrado a los ataques es entrar en una ciudad abierta y sin guarnición.”

Alexandre Dumas (padre) (1802–1870) novelista y dramaturgo francés

La Dama de las Camelias

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“Pienso cuando maduraban los limones. En el viento de febrero que rompía los tallos de los helechos, antes que el abandono los secara; los limones maduros que llenaban con su olor el viejo patio.
El viento bajaba de las montañas en las mañanas de febrero. Y las nubes se quedaban allá arriba en espera de que el tiempo bueno las hiciera bajar al valle; mientras tanto dejaban vacío el cielo azul, dejaban que la luz cayera en el juego del viento haciendo círculos sobre la tierra, removiendo el polvo y batiendo las ramas de los naranjos.
Y los gorriones reían; picoteaban las hojas que el aire hacía caer, y reían; dejaban sus plumas entre las espinas de las ramas y perseguían a las mariposas y reían. Era esa época.
En febrero, cuando las mañanas estaban llenas de viento, de gorriones y de luz azul. Me acuerdo.
Mi madre murió entonces.
Que yo debía haber gritado: que mis manos tenían que haberse hecho pedazos estrujando su desesperación. Así hubieras tú querido que fuera. ¿Pero acaso no era alegre aquella mañana? Por la puerta abierta entraba el aire, quebrando las guías de la yedra. En mis piernas comenzaba a crecer el vello entre las venas, y mis manos temblaban tibias al tocar mis senos. Los gorriones jugaban. En las lomas se mecían las espigas. Me dio lástima que ella ya no volviera a ver el juego del viento en los jazmines; que cerrara sus ojos a la luz de los días. ¿Pero por qué iba a llorar?”

Pedro Páramo

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“Soy prisionero con la puerta abierta,
con el mundo abierto.”

Pablo Neruda (1904–1973) poeta

Isla Negra: A Notebook

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“Entonces, mira, a veces una muchacha parte en bicicleta,
la ves de espaldas alejándose por un camino (¿la Gran Vía,
King´s Road, la Avenue de Wagran, un sendero
entre álamos, un paso entre colinas?), hermosa y joven la
ves de espaldas yéndose, más pequeña ya, resbalando en la
tercera dimensión y yéndose,

y te preguntas si llegará, si salió para llegar, si salió
porque quería llegar, y tienes miedo como siempre has
tenido miedo por ti mismo, la ves irse tan frágil y
blanca en una bicicleta de humo, te gustaría estar con ella,
alcanzarla en algún recodo y apoyar una mano en el
/manubrio
y decir que también tú has salido, que también tú quieres
llegar al sur,

y sentirte por fin acompañado porque la estás acompañando,
larga será la etapa pero allí en lo alto el aire es limpio
y no hay papeles y latas en el suelo, hacia el fondo del
valle se dibujará por la mañana el ojo celeste de un lago.
Sí, también eso lo sueñas despierto en tu oficina o en
la cárcel, mientras te aplauden en un escenario o una
cátedra, bruscamente ves el rumbo posible, ves la chica
yéndose en su bicicleta o el marinero con su bolsa al
hombro, entonces es cierto, entonces hay gente que se
va, que parte para llegar, y es como un azote de palomas
que te pasa por la cara, por qué no tú, hay tantas
bicicletas, tantas bolsas de viaje, las puertas de la
ciudad están abiertas todavía,

y escondes la cabeza en la almohada, acaso lloras.
Porque, son cosas que se saben, la ruta del sur lleva
a la muerte,
allá, como la vio un poeta, vestida de almirante espera
o vestida de sátrapa o de bruja, la muerte coronel o
general espera
sin apuro, gentil, porque nadie se apura en los aeródromos,
no hay cadalsos ni piras, nadie redobla los tambores
para anunciar la pena, nadie venda los ojos de los reos
ni hay sacerdotes que le den a besar el crucifijo a la
mujer atada a la estaca, eso no es ni siquiera Ruán y no
es Sing-Sing, no es la Santé,

allá la muerte espera disfrazada de nadie, allá nadie
es culpable de la muerte, y la violencia

es una vacua acusación de subversivos contra la disciplina
y la tranquilidad del reino,

allá es tierra de paz, de conferencias internacionales,
copas de fútbol, ni siquiera los niños revelarán que
el rey marcha desnudo en los desfiles, los diarios
hablarán de la muerte cuando la sepan lejos, cuando se
pueda hablar de quienes mueren a diez mil kilómetros,
entonces sí hablarán, los télex y las fotos hablarán sin
mordaza, mostrarán cómo el mundo es una morgue
/maloliente
mientras el trigo y el ganado, mientras la paz del sur,
mientras la civilización cristiana.

Cosas que acaso sabe la muchacha perdiéndose a lo lejos,
ya inasible silueta en el crepúsculo, y quisieras estar
y preguntarle, estar con ella, estar seguro de que sabe,
pero cómo alcanzarla cuando el horizonte es una sola
línea roja ante la noche, cuando en cada encrucijada
hay múltiples opciones engañosas y ni siquiera una
esfinge para hacerte las preguntas rituales.

¿Habrá llegado al sur?
¿La alcanzarás un día?
Nosotros, ¿llegaremos?

(Se puede partir de cualquier cosa, una caja de fósforos, una lista de desaparecidos, un viento en el tejado - )

¿Llegaremos un día?

Ella partió en su bicicleta, la viste a la distancia,
no volvió la cabeza, no se apartó del rumbo. Acaso entró
en el sur, lo vio sucio y golpeado en cuarteles y calles
pero sur, esperanza de sur,

sur esperanza. ¿Estará sola ahora, estará hablando
con gente como ella, mirarán a lo lejos por si otras
bicicletas apuntaran filosas?

( - un grito allá abajo en la calle, esa foto del Newsweek - )

¿Llegaremos un día?”

Julio Cortázar (1914–1984) escritor argentino
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“Y algo golpeaba en mi alma,
fiebre o alas perdidas,
y me fui haciendo solo,
descifrando
aquella quemadura
y escribí la primera línea vaga,
vaga, sin cuerpo, pura,
tontería
pura sabiduría
del que no sabe nada,
y vi de pronto
el cielo
desgranado
y abierto.”

Pablo Neruda (1904–1973) poeta

Isla Negra: A Notebook
Variante: Y algo golpeaba en mi alma,
fiebre o alas perdidas,
y me fui haciendo solo,
descifrando
aquella quemadura
y escribí la primera línea vaga,
vaga, sin cuerpo, pura,
tontería
pura sabiduría
del que no sabe nada,
y vi de pronto
el cielo
desgranado
y abierto.

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“Coherencia y flexibilidad, la clave de todo crecimiento personal: intentar ser consecuente, pero abierto al cambio.”

Walter Riso (1951)

Pensar bien, sentirse bien: Nada justifica el sentimiento inútil

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“habiendo algunos fanáticos en el valle de Shah-i-Kot, en la provincia de Paktia. Una vez más la información era inexacta: no eran un puñado, sino centenares. Al ser afganos los talibanes derrotados, tenían a donde ir: sus aldeas y pueblos natales. Allí podían escabullirse sin dejar rastro. Pero los miembros de Al Qaeda eran árabes, uzbekos y, los más feroces de todos, chechenos. No hablaban pastún y la gente del pueblo afgano los odiaba, de manera que solo podían rendirse o morir peleando. Casi todos eligieron esto último. El mando estadounidense reaccionó al chivatazo con un plan a pequeña escala, la operación Anaconda, que fue asignada a los SEAL de la Armada. Tres enormes Chinook repletos de efectivos despegaron rumbo al valle, que se suponía vacío de combatientes. El helicóptero que iba en cabeza se disponía a tomar tierra, con el morro levantado y la cola baja, la rampa abierta por detrás y a solo un par de metros del suelo, cuando los emboscados de Al Qaeda dieron el primer aviso. Un lanzagranadas hizo fuego. Estaba tan cerca que el proyectil atravesó el fuselaje del helicóptero sin explotar. No había tenido tiempo de cargarse, así que lo único que hizo fue entrar por un costado y salir por el otro sin tocar a nadie, dejando un par de boquetes simétricos. Pero lo que sí hizo daño fue el incesante fuego de ametralladora desde el nido situado entre las rocas salpicadas de nieve. Tampoco hirió a nadie de a bordo, pero destrozó los controles del aparato al horadar la cubierta de vuelo. Gracias a la habilidad y la genialidad del piloto, pocos minutos después el moribundo Chinook ganaba altura y recorría cuatro kilómetros hasta encontrar un sitio más seguro donde proceder a un aterrizaje forzoso. Los otros dos helicópteros se retiraron también. Pero un SEAL, el suboficial Neil Roberts, que se había desenganchado de su cable de amarre, resbaló en un charquito de fluido hidráulico y cayó a tierra. Resultó ileso, pero inmediatamente fue rodeado por miembros de Al Qaeda. Los SEAL jamás abandonan a uno de los suyos, esté vivo o muerto. Poco después de aterrizar regresaron en busca de Roberts, al tiempo que pedían refuerzos por radio. Había empezado la batalla de Shah-i-Kot. Duró cuatro días, y se saldó con la muerte del suboficial Neil Roberts y otros seis estadounidenses. Había tres unidades lo bastante cerca como para acudir a la llamada: un pelotón de SBS británicos por un lado y la unidad de la SAD por el otro; pero el grupo más numeroso era un batallón del 75 Regimiento de Rangers. Hacía un frío endemoniado, estaban a muchos grados bajo cero. La nieve, empujada por el viento incesante, se clavaba en los ojos. Nadie entendía cómo los árabes habían podido sobrevivir en aquellas montañas; pero el caso era que allí estaban, y dispuestos a morir hasta el último hombre. Ellos no hacían prisioneros ni esperaban serlo tampoco. Según testigos presenciales, salieron de hendiduras en las rocas, de grutas invisibles y nidos de ametralladoras ocultos. Cualquier veterano puede confirmar que toda batalla degenera rápidamente en un caos, y en Shah-i-Kot eso sucedió más rápido que nunca. Las unidades se separaron de su contingente, los soldados de sus unidades. Kit Carson se encontró de repente a solas en medio de la ventisca. Vio a otro estadounidense (pudo identificarlo por lo que llevaba en la cabeza: casco, no turbante) también solo, a unos cuarenta metros. Un hombre vestido con túnica surgió del suelo y disparó contra el soldado con su lanzagranadas. Esa vez la granada sí estalló; no dio en el blanco sino que explotó a los pies del soldado.”

Frederick Forsyth (1938) novelista británico

La lista

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“El patrón de la apertura a la experiencia ya había sido estudiado. (…) Una característica era la juventud asociada al proceso creativo. Algunas profesiones se construyen exclusivamente sobre los avances creativos de niños prodigio (como por ejemplo, las matemáticas). Otras son menos extremas del mismo patrón: el número de melodías anuales de un compositor, los poemas de un poeta, los descubrimientos nuevos de un científico marcan un declive general pasado cierto pico de relativa juventud.

Las grandes mentes creativas no sólo suelen generar cada vez menos descubrimientos a medida que pasa el tiempo, sino que están menos abiertas a aceptar los inventos de otros. (…) Como señaló el físico Max Planck, generaciones enteras de científicos sólidamente establecidos nunca aceptan las teorías nuevas, se mueren antes. (…) La estrechez mental da como resultado a un revolucionario envejecido que rechaza precisamente lo que debería haber sido la extensión lógica de su propia revolución.

Tenemos el surgimiento de una pauta consistente: a medida que envejecemos, la mayoría de nosotros (los científicos de más edad fustigando a sus discípulos descarriados, la persona que pasa el día en el coche para ir a trabajar tratando de sintonizar en la radio una emisora que ponga una canción familiar) estamos menos abiertos a las novedades que otros.
(…)
Como la neurobiología no era gran de ayuda en el tema (no existe una región específica de apertura, y la neurogénesis se produce a lo largo de toda la vida, en mayor o menor cantidad), recurrí a la psicología. La producción creativa y la apertura a los nuevos inventos de otros está distorsionda por un factor: no se puede predecir el declive por la edad de la persona, sino por cuánto tiempo haya trabajado en una determinada disciplina. (…) No se trata de edad cronológica, sino de edad "disciplinaria": los eruditos que cambian de disciplina parecen rejuvenecer su apertura mental ante lo novedoso.”

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Esta traducción está esperando su revisión. ¿Es correcto?
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“España no alcanzará su pleno florecimiento cultural y político mientras los docentes de todos los grados no acierten a fabricar, en cantidad suficiente, el español que nos hace mucha falta, es decir, un tipo humano tan impersonal por abnegado, tan firme y entero de carácter, tan tolerante y abierto a todas las ideas, tan esforzado y constante en su empeño, tan agudamente sensible a nuestros infortunios que, reaccionando pujantemente contra las causas de nuestro atraso y de nuestros errores, consagre, lo mejor de sus energías y de sus luces a la prosperidad del país, al servicio del Estado y al enaltecimiento de la nación.”

Santiago Ramón y Cajal (1852–1934) neurocientífico español

España
Fuente: Ramón y Cajal, Santiago; Nuñez Pérez, Manuel, et al. «El retorno definitivo de Cajal.» Ramón y Cajal, 1852-1934: Expediente administrativo y otros documentos, p. 12. Ministerio de Educación, 1978. ISBN 8436906284, 9788436906288. https://books.google.es/books?id=PDSU10UUdZgC&printsec=frontcover&hl=es&source=gbs_ge_summary_r&cad=0#v=onepage&q&f=false En Google Books. Consultado el 9 de enero de 2010.

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“Incluso cuando la vida es triste todavía puede haber humor. La vida esta llena de ambas cosas, no de una sola. Nada es una cosa sola. Y pienso que cuando haces una película seria, si haces reír a la gente eso los ayuda a estar abiertos a la parte seria.”

John Turturro (1957) actor y director de cine estadounidense

Fuente: MIA MADRE - Interview : JOHN TURTURRO, 12 de enero de 2016, 2 de diciembre de 2015, Ciné Zooms 2 : Gérard Chargé https://www.youtube.com/watch?v=WYaTZo-ZjdM,

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“Me parece una persona muy profesional, abierta y divertida, pero a la hora de trabajar lo hace muy bien y con seriedad.”

Esteban Vigo (1955) futbolista español

Nelson Valdez, jugador del Hércules CF.
Fuente: Don Balón (20-26/09/10), página 23.

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“En mi diario de esa fecha describí cuando me acerqué al espejo que mis ojos ya no veían; lo que quería decir es que ya estaba muerto. Yo estaba pálido, pálido y los ojos sin mirada. Dejé la puerta abierta y me acosté ya dispuesto a fallecer.”

Carlos Martínez Rivas (1924–1998)

Describiendo el malestar que sintió en Madrid en 1969, que se identificó como un infarto años después durante un reconocimiento general.
Fuente: Entrevista al poeta de Steven F. White. http://www.cervantesvirtual.com/buscador/?q=entrevista+con+carlos+martinez+rivas