Frases sobre cosas
página 24

Taylor Caldwell Foto
Isabel Allende Foto
Napoleon Hill Foto
Arturo Pérez-Reverte Foto
Donald Barthelme Foto
Alessandro Baricco Foto
Marco Aurelio Foto
Umberto Eco Foto
Ray Bradbury Foto
Haruki Murakami Foto

“En nuestra vida imperfecta las cosas inútiles son, en cierta medida, necesarias.”

Sputnik Sweetheart
Variante: En nuestra vida imperfecta, las cosas inútiles son, en cierta medida, necesarias.

Jorge Luis Borges Foto
Stephen King Foto
Arthur Conan Doyle Foto
Marguerite Duras Foto
Alessandro Baricco Foto
Sarah Dessen Foto
Janine Teisson Foto
Patrick Rothfuss Foto

“El silencio más obvio era una calma inmensa y resonante, constituido por las cosas que faltaban”

The Wise Man's Fear
Variante: El silencio más obvio era una calma hueca y resonante, constituida por las cosas que faltaban

Giambattista Vico Foto
Amy Tan Foto
Gabriel García Márquez Foto
Arturo Uslar Pietri Foto
William Goldman Foto
Patrick Rothfuss Foto
Antonio Muñoz Molina Foto
David Nicholls Foto

“A él le habían pasado demasiadas cosas, y a ella demasiado pocas.”

David Nicholls (1966) escritor británico

Siempre el mismo día

Mo Yan Foto
Zygmunt Bauman Foto
Peter Sís Foto

“El amor ama las cosas difíciles.”

Peter Sís (1949)

The Conference of the Birds

Ana María Matute Foto
Bret Easton Ellis Foto
Jorge Luis Borges Foto
Oscar Wilde Foto
Stephen King Foto
Haruki Murakami Foto
Tomás de Kempis Foto
Cassandra Clare Foto
Sylvia Day Foto
Federico García Lorca Foto
Fernando Vallejo Foto
Jean Paul Sartre Foto
Marco Aurelio Foto
Susan Sontag Foto
Paulo Coelho Foto
Jon Kabat-Zinn Foto
Cecelia Ahern Foto
Mario Vargas Llosa Foto
Arturo Pérez-Reverte Foto
Daniel Wallace Foto
Mitch Albom Foto
Robin S. Sharma Foto
Robin Hobb Foto
Rafael Sánchez Ferlosio Foto
Glenn Greenwald Foto
Sophie Kinsella Foto

“Si oras a Dios regularmente, sucederán cosas irregulares con regularidad.”

Dibuja el círculo: 40 días para un reto devocional

Richard Dawkins Foto
Fernando Pessoa Foto
Christina Baker Kline Foto
Italo Calvino Foto
Stephen King Foto
Stephen King Foto
Jean Jacques Rousseau Foto
Oscar Wilde Foto
Roberto Alifano Foto
Giambattista Vico Foto
Roberto Bolaño Foto
Amélie Nothomb Foto
Anne Frank Foto

“Esta semana he leído mucho y he estudiado poco. Así han de hacerse las cosas en este mundo, y así seguro que se llega lejos…”

Anne Frank (1929–1945) víctima del Holocausto y autora de un diario

The Diary of a Young Girl

Marguerite Duras Foto
Stephen Chbosky Foto
Steven D. Levitt Foto

“Un choque de automóvil es un asunto violento, y pueden sucederle muchas cosas terribles a una masa de carne y hueso que se desplace a gran velocidad dentro de un objeto metálico y pesado que se para de repente.”

SuperFreakonomics: Enfriamiento global, prostitutas patrioticas y por que los terroristas suicidas deberian contratar un seguro de vida (Vintage Espanol)

Cees Nooteboom Foto
Fernando Pessoa Foto
Erich Fromm Foto

“Necesitamos tener sueños del tamaño de Dios, porque son las únicas cosas que nos harán caer de rodillas y nos mantendrán en una dependencia absoluta con respecto a Dios, tal como era nuestro destino.”

Tras el rastro del ave salvaje: Reviviendo la aventura de seguir a Dios
Variante: Necesitamos tener sueños del tamaño de Dios, porque son las únicas cosas que nos harán caer de rodillas y nos mantendrán en una dependencia absoluta con respecto a Dios, tal como era nuestro destino. ¿Te puedo confiar una convicción

Fernando Vallejo Foto
David Nicholls Foto
Javier Marías Foto
Simone de Beauvoir Foto
Paulo Coelho Foto
Patrick Rothfuss Foto
Kim Harrison Foto
Simone de Beauvoir Foto

“A menudo me he interrogado sobre la razón y el sentido de mis rabietas. Creo que se explican en parte por una vitalidad fogosa y por un extremismo al cual nunca he renunciado del todo. Llevaba mis repugnancias hasta el vómito, mis deseos hasta la obsesión; un abismo separaba las cosas que me gustaban de las que no me gustaban. No podía aceptar con indiferencia la caída que me precipitaba de la plenitud al vacío, de la beatitud al horror; si la consideraba fatal, me resignaba; nunca me enojé contra un objeto. Pero me negaba a ceder a esa fuerza impalpable: las palabras; lo que me
sublevaba es que una frase lanzada al descuido: "Debes hacerlo… no debes hacerlo", arruinara en un instante mis empresas y mis alegrías. Lo
arbitrario de las órdenes y de las prohibiciones contra las que chocaba denunciaba su inconsistencia; ayer pelé un durazno: ¿por qué no esa ciruela?, ¿por qué dejar mis juegos justo en este minuto? En todas partes encontraba obligaciones, en ninguna parte su necesidad. En el corazón de la ley que me abrumaba con el implacable rigor de las piedras, yo entreveía
una ausencia vertiginosa: me sumergía en ese abismo, la boca desgarrada por gritos. Aferrándome al suelo, pataleando, oponía mi peso de carne al aéreo poder que me tiranizaba; lo obligaba a materializarse; me encerraban en un cuarto oscuro entre escobas y plumeros; entonces podía golpear con los pies y las manos en muros verdaderos, en vez de debatirme contra inasibles voluntades. Yo sabía que esa lucha era vana; desde el momento en que mamá me había sacado de las manos la ciruela sangrienta, en que Louise había guardado en su bolsa mi pala y mis moldes, yo estaba vencida; pero no me rendía. Cumplía el trabajo de la derrota. Mis sobresaltos, las lágrimas que me cegaban, quebraban el tiempo, borraban el espacio, abolían a la vez el objeto de mi deseo y los obstáculos que me separaban de él. Me hundía en la noche de la impotencia; ya nada quedaba salvo mi presencia desnuda y ella
explotaba en largos aullidos.”

Simone de Beauvoir (1908–1986) escritora, intelectual, filósofa existencialista, activista política, feminista y teórica social francesa

Memoirs of a Dutiful Daughter
Variante: A menudo me he interrogado sobre la razón y el sentido de mis rabietas.
Creo que se explican en parte por una vitalidad fogosa y por un extremismo
al cual nunca he renunciado del todo. Llevaba mis repugnancias hasta el
vómito, mis deseos hasta la obsesión; un abismo separaba las cosas que me
gustaban de las que no me gustaban. No podía aceptar con indiferencia la
caída que me precipitaba de la plenitud al vacío, de la beatitud al horror;
si la consideraba fatal, me resignaba; nunca me enojé contra un objeto.
Pero me negaba a ceder a esa fuerza impalpable: las palabras; lo que me
sublevaba es que una frase lanzada al descuido: "Debes hacerlo... no debes
hacerlo", arruinara en un instante mis empresas y mis alegrías. Lo
arbitrario de las órdenes y de las prohibiciones contra las que chocaba
denunciaba su inconsistencia; ayer pelé un durazno: ¿por qué no esa
ciruela?, ¿por qué dejar mis juegos justo en este minuto? En todas partes
encontraba obligaciones, en ninguna parte su necesidad. En el corazón de la
ley que me abrumaba con el implacable rigor de las piedras, yo entreveía
una ausencia vertiginosa: me sumergía en ese abismo, la boca desgarrada por
gritos. Aferrándome al suelo, pataleando, oponía mi peso de carne al aéreo
poder que me tiranizaba; lo obligaba a materializarse; me encerraban en un
cuarto oscuro entre escobas y plumeros; entonces podía golpear con los pies
y las manos en muros verdaderos, en vez de debatirme contra inasibles
voluntades. Yo sabía que esa lucha era vana; desde el momento en que mamá
me había sacado de las manos la ciruela sangrienta, en que Louise había
guardado en su bolsa mi pala y mis moldes, yo estaba vencida; pero no me
rendía. Cumplía el trabajo de la derrota. Mis sobresaltos, las lágrimas que
me cegaban, quebraban el tiempo, borraban el espacio, abolían a la vez el
objeto de mi deseo y los obstáculos que me separaban de él. Me hundía en la
noche de la impotencia; ya nada quedaba salvo mi presencia desnuda y ella
explotaba en largos aullidos.

Haruki Murakami Foto
George Orwell Foto
Roberto Bolaño Foto
Paulo Coelho Foto

“Prestando atención a las pequeñas cosas, consigue resguardarse de las grandes calamidades.”

Paulo Coelho (1947) escritor brasileño

El Libro de los Manuales

Isabel Allende Foto
Roberto Bolaño Foto