Frases sobre dueño
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“La verdad es dueña sobre nosotros, no somos nosotros dueños sobre la verdad.”

Mihai Eminescu (1850–1889) poeta del romántico tardío

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Filosofía

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“Sueño que un día, en las rojas colinas de Georgia, los hijos de los antiguos esclavos y los hijos de los antiguos dueños de esclavos, se puedan sentar juntos a la mesa de la hermandad.”

Martin Luther King (1929–1968) líder del movimiento por los derechos civiles en los Estados Unidos de América

Sin fuentes
Discurso en Washington, 28 de agosto de 1963.

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“Un hombre soltero, dueño de una gran fortuna, ha de sentir algún día la necesidad de casarse.”

Jane Austen (1775–1817) novelista británica

Fuente: Orgullo y Prejuicio (1796).

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“Gente que no me molestaría que muriera, esta es mi lista: cincuentones llamados 'Skip', tipos que paguen gel vaginal con su tarjeta de crédito Exxon, un proxeneta que conduzca un Toyota Corolla, un ginecólogo que quiere que mi esposa se tome dos o tres tragos antes de su cita, tipos con un montón de pines [botones] en sus sombreros, alguien que mencione a Jesús más de 300 veces en una conversación de 2 minutos, un dentista con sangre en su pelo, cualquier mujer cuyo pasatiempo sea amamantar animales de zoológico, un dueño de funeraria que diga 'espero verlos de nuevo muy pronto, amigos', chicas que se emborrachan y vomitan su desayuno, un hombre con un solo labio, un líder Boy Scout que tenga una tienda de consoladores, cualquier abogado que se refiera a la policía como los 'federales', una monja bizca con un látigo y una botella de ginebra, un neurocirujano que tenga tatuadas en las manos las palabras 'nacido para perder', parejas que tengan hijos con nombres que comiencen todos con las mismas iniciales, un hombre con una bata de hospital dirigiendo el tráfico, una mesera con una visible infección en la mano con la que sirve, gente con encías grandes y dientes pequeños, tipos que se ponen la misma ropa interior hasta que comienza a cortarse la circulación a los pies, y un tipo que tenga tanto vello en sus brazos que le cubra el reloj, de acuerdo, ya ha sido suficiente de todo esto.”

George Carlin (1937–2008) Mónologista, cómico y escritor estadoudinense
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“Es cierto que tú que nunca lo has usado, eres también dueña de él.”

refiriéndose a GNOME.
Verídicas
Fuente: Entrevista en España del 3er Congreso Hispalinux

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“Invito a Chile a Fidel Castro porque me da la gana. Porque soy el dueño de casa e invito a quien quiero.”

Salvador Allende (1908–1973) médico y político de Chile, presidente de la República entre 1970 y 1973
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“Los nadies: los hijos de nadie, los dueños de nada.”

Eduardo Galeano (1940–2015) escritor uruguayo

Fuente: Los Nadies

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“Es fácil hacer corresponder a cada sociedad distintos tipos de máquinas, no porque las máquinas sean determinantes sino porque expresan las formas sociales capaces de crearlas y utilizarlas. Las viejas sociedades de soberanía manejaban máquinas simples, palancas, poleas, relojes; pero las sociedades disciplinarias recientes se equipaban con máquinas energéticas, con el peligro pasivo de la entropía y el peligro activo del sabotaje; las sociedades de control operan sobre máquinas de tercer tipo, máquinas informáticas y ordenadores cuyo peligro pasivo es el ruido y el activo la piratería o la introducción de virus. Es una evolución tecnológica pero, más profundamente aún, una mutación del capitalismo. Una mutación ya bien conocida, que puede resumirse así: el capitalismo del siglo XIX es de concentración, para la producción, y de propiedad. Erige pues la fábrica en lugar de encierro, siendo el capitalista el dueño de los medios de producción, pero también eventualmente propietario de otros lugares concebidos por analogía (la casa familiar del obrero, la escuela). En cuanto al mercado, es conquistado ya por especialización, ya por colonización, ya por baja de los costos de producción. Pero, en la situación actual, el capitalismo ya no se basa en la producción, que relega frecuentemente a la periferia del tercer mundo, incluso bajo las formas complejas del textil, la metalurgia o el petróleo. Es un capitalismo de superproducción. Ya no compra materias primas y vende productos terminados: compra productos terminados o monta piezas. Lo que quiere vender son servicios, y lo que quiere comprar son acciones. Ya no es un capitalismo para la producción, sino para el producto, es decir para la venta y para el mercado.”

Gilles Deleuze (1925–1995) filósofo francés
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“Donde cada día un gladiador cae. Donde la música tiene un dueño y se llama S. G. A. E.”

ToteKing (1978) cantante de rap español (n. 1978)

Canción: "Nada crece si no come"

“Sin duda, BASTA YA!!! Es el clamor generalizado en el mundo árabe. Ha llegado la hora de ponerle fin a la corrupción y opresión. Es como para no creerlo y resulta casi imposible que tanta gente se haya puesto de acuerdo casi al mismo tiempo, y que esas voces tantas veces silenciada, haya traspasado las fronteras más custodiadas y dominadas por los eternos dueños del poder árabe. El mundo musulmán está agitado, y no hay agorero que sepa qué futuro le depara el destino. Esperamos que la Unión Europea evite con un poco de inteligencia que quienes intenten aprovechar esta oportunidad para hacer un caldo de cultivo para reclutar nuevos integrantes radicales islamistas, sean detectados a tiempo, pues da la impresión y esperamos no equivocarnos, que la gente no está muy dada por crear países radicales e islamistas. Da la impresión que las ideologías cada vez tienen menos vigencia a la hora de elegir gobernantes y lo que realmente se quiere son gobiernos no corruptos que se ocupen de la gente, con una orientación clara y directa que casi por inercia responda a sus clamores existenciales, pues aunque estos acontecimientos den la impresión de estar reeditando épocas primitivas, son la mejor expresión del hartazgo ciudadano que en actitud conciente manifiesta -aunque suene contradictorio- su sabiduría, hecha ira.»”

Fuente: JCRADIOTV http://www.jcradiotv.com/web/editorial/63-egipto-cual-es-el-plan-b-de-mubarak.html

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“El hombre, para llegar a ser verdaderamente dueño de sí mismo, debe tener pleno dominio sobre sus pensamientos; entonces, también lo tendrá sobre su voluntad.”

Carlos Bernardo Gonzalez Pecotche (1901–1963) biografía, educador y humanista argentino, fundador del método logosófico

Del libro Introducción al Conocimiento Logosófico

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“Es bueno que los cabestros estén bien acotados. A los animales mansos se les puede dejar pastar con libertad, pero los cabestros, o están bien acotados y cerrados en su redil o pueden hacer mucho daño, sobre todo a su dueño.”

Josu Erkoreka (1960) político español

25 de marzo de 2008, sobre el nombramiento de José Bono como presidente del Congreso.
Fuente: Deia: El PNV condiciona su apoyo a Bono a lograr un acuerdo con el PSOE sobre las Mesas del Congreso y del Senado http://www.deia.com/es/digital/politica/2008/03/25/453668.php.

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“Hoy esos hombres y mujeres van a Tailandia, a Filipinas, a Botswana, a Bolivia y a cualquier parte donde esperan encontrar gentes que necesitan con desesperación un trabajo. Van a esos países con la intención deliberada de explotar a los desdichados, a seres que tienen hijos desnutridos o famélicos, que viven en barrios de chabolas y que han perdido toda esperanza de una vida mejor; que incluso han dejado de soñar en un futuro. Esos hombres y mujeres salen de sus fastuosos despachos de Manhattan, de San Francisco o de Chicago, se desplazan entre los continentes y los océanos en lujosos jets, se alojan en hoteles de primera categoría y se agasajan en los mejores restaurantes que esos países puedan ofrecer. Luego salen a buscar gente desesperada.
Son los negreros de nuestra época. Pero ya no tienen necesidad de aventurarse en las selvas de África en busca de ejemplares robustos para venderlos al mejor postor en las subastas de Charleston, Cartagena o La Habana. Simplemente reclutan a esos desesperados y construyen una fábrica que confeccione las cazadoras, los pantalones vaqueros, las zapatillas deportivas, las piezas de automoción, los componentes para ordenadores y los demás miles de artículos que aquéllos saben colocar en los mercados de su elección. O tal vez prefieren no ser los dueños de esas fábricas, sino que se limitan a contratar con los negociantes locales, que harán el trabajo sucio por ellos.
Esos hombres y mujeres se consideran gente honrada. Regresan a sus países con fotografías de lugares pintorescos y de antiguas ruinas, para enseñárselas a sus hijos. Asisten a seminarios en donde se dan mutuas palmadas en las espaldas e intercambian consejos sobre cómo burlar las arbitrariedades aduaneras de aquellos exóticos países. Sus jefes contratan abogados que les aseguran la perfecta legalidad de lo que ellos y ellas están haciendo. Y tienen a su disposición un cuadro de psicoterapeutas y otros expertos en recursos humanos, para que les ayuden a persuadirse de que, en realidad, están ayudando a esas gentes desesperadas.
El esclavista a la antigua usanza se decía a sí mismo que su comercio trataba con una especie no del todo humana, a cuyos individuos ofrecía la oportunidad de convertirse al cristianismo. Al mismo tiempo, entendía que los esclavos eran indispensables para la supervivencia de su propia sociedad, de cuya economía constituían el fundamento. El esclavista moderno se convence a sí mismo (o a sí misma) de que es mejor para los desesperados ganar un dólar al día que no ganar absolutamente nada. Y además se les ofrece la oportunidad de integrarse en la más amplia comunidad global. Él o ella también comprenden que esos desesperados son esenciales para la supervivencia de sus compañías, y que son los fundamentos del nivel de vida que sus explotadores disfrutan. Nunca se detienen a reflexionar sobre las consecuencias más amplias de lo que ellos y ellas, su nivel de vida y el sistema económico en que todo eso se asienta están haciéndole al planeta, ni sobre cómo, finalmente, todo eso repercutirá en el porvenir de sus propios hijos.”

Confesiones de un gángster económico

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“Cuando regresó, el hijo del posadero le entregó las ropas del guerrero, limpias y dobladas. Mikhon Tiq las subió al sobrado y las colocó en orden junto a sus armas. Eran ropas de estilo Ainari, aunque mezclado con algunos detalles bárbaros del Norte. Las botas, que el propio rapaz había encerado, estaban arrugadas en los tobillos, casi cuarteadas; botas de espadachín acostumbrado a doblar las piernas y girar los pies en la danza del combate. Las mangas de la casaca eran amplias. Sin duda su dueño las utilizaba para guardar en ellas las manos y ocultar así las emociones, según la costumbre de Áinar. Pero tenían corchetes de latón para que, llegado el momento de la pelea, pudieran ceñirse a las muñecas y no estorbar los movimientos. El talabarte, ya descolorido, tenía una pequeña vaina a la derecha para el colmillo de diente de sable que sólo los Tahedoranes podían llevar. A la izquierda había dos trabillas de piel con sendas hebillas para colgar la funda de la espada. Éste era otro detalle que lo delataba. Los guerreros normales llevan una sola hebilla, de forma que la espada cuelgue junto al muslo. Los maestros de la espada, sean Ibtahanes o Tahedoranes, necesitan dos para que la espada se mantenga horizontal; de esta manera pueden sujetar la vaina con la mano izquierda y extraer el arma a una velocidad fulgurante, en el movimiento letal conocido como Yagartéi que es en sí mismo un arte marcial. Pero lo que más llamaba la atención de Mikhon Tiq era la propia espada. Hacía años que no veía una auténtica arma de Tahedorán. La funda era de cuero repujado, reforzada con guarnición y punta de metal, y con dos pequeños bolsillos a ambos lados. Uno de ellos contenía una navaja con un pequeño gavilán en forma de gancho; de este modo servía de arma y a la vez de herramienta para desmontar la empuñadura de su hermana mayor. En la otra abertura había papel de esmeril para sacar filo a la hoja; aunque un Tahedorán sólo haría esto en una emergencia, pues los aceros dignos de tal nombre deben ser bruñidos y afilados por maestros pulidores. En torno a la empuñadura de la espada corría una fina tira de piel, enrollada y apretada con fuerza para evitar que la mano resbalara al aferrarla. Mikhon Tiq miró de reojo a Linar. Tenía el ojo cerrado; o dormía o estaba encerrado en su mundo interior. En cuanto al guerrero, su respiración bajo la manta era profunda y pausada. Mikhon Tiq sintió la tentación de desenvainar la espada para examinar la hoja. Pero aquello habría sido una afrenta, como desnudar a una doncella dormida, así que apartó las manos del arma y procuró pensar en otras cosas.”

Javier Negrete (1964) escritor español

La Espada de Fuego

“Furia la sorprendió tomándola entre sus brazos y pegándola a su cuerpo. Le suplicó al oído:
—Rafaela, no quiero que mañana se arripienta de ser mi mujer. Deténgame aura si mañana sentirá asco de mí.
La sonrisa suave de Rafaela lo desarmó. No recordaba haberla visto tan tranquila ni dueña de sí. Lo que ella expresó a continuación, le arrancó lágrimas, a él, que desde la muerte de sus padres no había vuelto a derramarlas.
—Lo amo, señor Furia, así como es usted, mal hablado, pendenciero, con argollas en la oreja, con un genio que hace honor a su apellido y hasta con olor a caballo. Lo amo como nunca amé a nadie porque nunca conocí a nadie con su nobleza, su pasión por el trabajo y su respeto por el prójimo. Lo admiro por su coraje, señor Furia, y por su orgullo sin vanidad. Lo amo porque usted es de las pocas personas que le mostró
cariño a Mimita. Pero sobre todo lo amo porque a su lado no tengo miedo.
—¡Rafaela! —exclamó, enloquecido, y la abrazó con fiereza, sacudiéndola como si se tratase de una muñeca rellena de estopa en su codicia por conquistar con la boca y las manos cada centímetro de su cuerpo.
Ella siguió hablándole, con el aliento entrecortado, con la cabeza echada hacia atrás y el cuello expuesto a los besos, los mordiscos y a la intemperancia del gaucho.
—No lo conozco. Poco sé de su vida y de su índole. Sin embargo, confío, confío ciegamente en usted, señor Furia.”

Florencia Bonelli (1971) escritora argentina

Me llaman Artemio Furia

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“El hombre puede convertirse en el dueño de sí mismo y de su ambiente, porque TIENE EL PODER DE INFLUIR EN SU PROPIO SUBCONSCIENTE”

Napoleon Hill (1883–1970) escritor estadounidense

PIENSE Y HÁGASE RICO. Nueva traducción basada en la versión original de 1937.

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“Le había llegado la hora de preguntarse con dignidad, con grandeza, con unos deseos incontenibles de vivir, qué hacer con el amor que se le habîa quedado sin dueño.”

Love in the Time of Cholera
Variante: Florentino Ariza supo en ese momento que también a ella le había llegado la hora de preguntarse con dignidad, con grandeza, con unos deseos incontenibles de vivir, qué hacer con el amor que se le había quedado sin dueño

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“No somos duques porque no tenemos dueño.”

Fritz Leiber (1910–1992) Escritor estadounidense de fantasía, terror y ciencia ficción

The First Book of Lankhmar

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“Hasta te creo dueña del universo.”

Pablo Neruda (1904–1973) poeta

Regalo de un Poeta

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“Si tienes éxito, algún fracasado será tu dueño; si fracasas, algún triunfador será tu siervo.”

Ayn Rand (1905–1982) filósofa y escritora estadounidense

La Rebelión de Atlas

Esta traducción está esperando su revisión. ¿Es correcto?
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“El hombre era antes dueño de su saber. Hoy, su saber es su dominio.”

John Steinbeck (1902–1968) escritor estadounidense

Fuente: [Albaigès Olivart] (1997), p. 288.

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