Frases sobre los sentimientos.

Una colección de frases y citas sobre el tema del sensación, vida, vida, ser.

Mejores frases sobre los sentimientos.

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“Tuve la sensación de que podía caer dentro de aquellos ojos.”

La máquina de follar (1974)
Fuente: Libro. https://books.google.es/books?id=tUZeAQAAQBAJ&printsec=frontcover&dq=La+m%C3%A1quina+de+follar.+Charles+Bukowski&hl=es&sa=X&ved=0ahUKEwixptCGrrzhAhVBKBoKHRYdAs8Q6AEIKDAA#v=snippet&q=Tuve%20la%20sensaci%C3%B3n%20de%20que%20pod%C3%ADa%20caer%20dentro%20de%20aquellos%20ojos&f=false

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“Nada es el alma al margen de las sensaciones.”

Prótagorás (-486–-411 a.C.)

Fuente: Diógenes Laercio, IX, 50-56.

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“¿Nunca tuvieron la sensación de haber sido estafados?”

John Lydon (1956) Músico pe punk británico

Original: «Ever get the feeling you've been cheated?»
Fuente: The New Yorker, Volumen 70,Números 11-18. Editorial F-R Publishing Corporation, 1994. Página 95.

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“La sensación térmica es un invento argentino”

Horacio Pagani (1955) Fundador de la empresa automovilística Pagani
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“Tengo la sensación de que se me escapa un tren.”

Josep Guardiola (1971) entrenador de fútbol español

Con motivo de una lesión se perdió el Mundial de Francia, 28/5/98.

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“de la implacable sensación de que mi vida se me queda corta.”

Elvira Lindo (1962) escritora española

Lugares que no quiero compartir con nadie

“sensación de que había flotado”

El juego de un rufián

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Frases sobre los sentimientos.

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“Porque posee usted la más maravillosa juventud, y la juventud es lo más precioso que se puede poseer.

–No lo siento yo así, lord Henry.

–No; no lo siente ahora. Pero algún día, cuando sea viejo y feo y esté lleno de arrugas, cuando los pensamientos le hayan marcado la frente con sus pliegues y la pasión le haya quemado los labios con sus odiosas brasas, lo sentirá, y lo sentirá terriblemente. Ahora, dondequiera que vaya, seduce a todo el mundo. ¿Será siempre así?… Posee usted un rostro extraordinariamente agraciado, señor Gray. No frunza el ceño. Es cierto. Y la belleza es una manifestación de genio; está incluso por encima del genio, puesto que no necesita explicación. Es uno de los grandes dones de la naturaleza, como la luz del sol, o la primavera, o el reflejo en aguas oscuras de esa concha de plata a la que llamamos luna. No admite discusión. Tiene un derecho divino de soberanía. Convierte en príncipes a quienes la poseen. ¿Se sonríe? ¡Ah! Cuando la haya perdido no sonreirá… La gente dice a veces que la belleza es sólo superficial. Tal vez. Pero, al menos, no es tan superficial como el pensamiento. Para mí la belleza es la maravilla de las maravillas. Tan sólo las personas superficiales no juzgan por las apariencias. El verdadero misterio del mundo es lo visible, no lo que no se ve… Sí, señor Gray, los dioses han sido buenos con usted. Pero lo que los dioses dan, también lo quitan, y muy pronto. Sólo dispone de unos pocos años en los que vivir de verdad, perfectamente y con plenitud. Cuando se le acabe la juventud desaparecerá la belleza, y entonces descubrirá de repente que ya no le quedan más triunfos, o habrá de contentarse con unos triunfos insignificantes que el recuerdo de su pasado esplendor hará más amargos que las derrotas. Cada mes que expira lo acerca un poco más a algo terrible. El tiempo tiene celos de usted, y lucha contra sus lirios y sus rosas. Se volverá cetrino, se le hundirán las mejillas y sus ojos perderán el brillo. Sufrirá horriblemente… ¡Ah! Disfrute plenamente de la juventud mientras la posee. No despilfarre el oro de sus días escuchando a gente aburrida, tratando de redimir a los fracasados sin esperanza, ni entregando su vida a los ignorantes, los anodinos y los vulgares. Ésos son los objetivos enfermizos, las falsas ideas de nuestra época. ¡Viva! ¡Viva la vida maravillosa que le pertenece! No deje que nada se pierda. Esté siempre a la busca de nuevas sensaciones. No tenga miedo de nada… Un nuevo hedonismo: eso es lo que nuestro siglo necesita. Usted puede ser su símbolo visible. Dada su personalidad, no hay nada que no pueda hacer. El mundo le pertenece durante una temporada… En el momento en que lo he visto he comprendido que no se daba usted cuenta en absoluto de lo que realmente es, de lo que realmente puede ser. Había en usted tantas cosas que me encantaban que he sentido la necesidad de hablarle un poco de usted. He pensado en la tragedia que sería malgastar lo que posee. Porque su juventud no durará mucho, demasiado poco, a decir verdad. Las flores sencillas del campo se marchitan, pero florecen de nuevo. Las flores del codeso serán tan amarillas el próximo junio como ahora. Dentro de un mes habrá estrellas moradas en las clemátides y, año tras año, la verde noche de sus hojas sostendrá sus flores moradas. Pero nosotros nunca recuperamos nuestra juventud. El pulso alegre que late en nosotros cuando tenemos veinte años se vuelve perezoso con el paso del tiempo. Nos fallan las extremidades, nuestros sentidos se deterioran. Nos convertimos en espantosas marionetas, obsesionados por el recuerdo de las pasiones que nos asustaron en demasía, y el de las exquisitas tentaciones a las que no tuvimos el valor de sucumbir. ¡Juventud! ¡Juventud! ¡No hay absolutamente nada en el mundo excepto la juventud!”

The Picture of Dorian Gray

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“Hay experiencias de las que la mayoría de nosotros no se atreven a hablar, porque no se ajustan a la realidad cotidiana y desafían toda explicación racional. No se trata de particulares ocurrencias externas, sino más bien de acontecimientos de nuestra vida interior, que generalmente son descartados como invenciones de la imaginación y excluidos de nuestra memoria. De repente, el punto de vista familiar de nuestro entorno se transforma de una manera extraña, deliciosa, o alarmante: se nos aparece bajo una nueva luz, adquiere un significado especial. Esta experiencia puede ser tan ligera y fugaz como un soplo de aire, o puede que se grabe profundamente en nuestras mentes.
Un encantamiento de ese tipo, que yo experimenté en la infancia, se ha mantenido muy vivo en mi memoria desde entonces. Sucedió una mañana de mayo - se me ha olvidado el año - pero todavía puedo señalar el lugar exacto donde ocurrió, en una pista forestal en Martinsberg, junto a Baden, Suiza. Mientras caminaba por los bosques verdes, llenos de cantos de pájaros e iluminados por el sol de la mañana, todo a la vez se apareció bajo una luz extrañamente clara. ¿No sería algo que yo no hubiera sido capaz de percibir antes? ¿Estaba descubriendo de repente el bosque de primavera, tal como parecía en realidad? Brillaba con el resplandor más bello, hablando al corazón, como si quisiera acompañarme en su majestuosidad. Estaba lleno de una sensación indescriptible de alegría, unidad y maravillosa seguridad.
No tengo idea de cuánto tiempo me quedé allí fascinado. Pero recuerdo la preocupación que sentí cuando el resplandor se disolvió lentamente y yo caminaba: ¿cómo podía una visión que era tan real y convincente, tan directa y profundamente sentida - como podía terminar tan pronto? ¿Y cómo podría yo hablarle a nadie sobre esto, ya que mi alegría desbordante me obligaba a hacerlo, ya que sabía que no había palabras para describir lo que había visto? Parecía extraño que yo, como un niño, hubiera visto algo tan maravilloso, algo que los adultos, obviamente, no perciben - porque yo nunca había oído hablar de ello.
Cuando todavía era un niño, viví algunos otros de estos momentos de profunda euforia en mis paseos por bosques y prados. Fueron estas experiencias las que dieron forma a las líneas principales de mi visión del mundo y me convencieron de la existencia de una realidad milagrosa, impactante, insondable, que estaba oculto a la visión cotidiana.”

Albert Hofmann (1906–2008) químico suizo
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“Tengo la horrible sensación de que pasa el tiempo y no hago nada y nada acontece, y nada me conmueve hasta la raíz.”

La tregua
Variante: Tengo la horrible sensación de que pasa el tiempo y no hago nada, y nada acontece, y nada me conmueve hasta la raíz. Miro

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“Sólo viví una sensación igual a la del accidente un día que fumé Marihuana”

Niki Lauda (1949–2019) conductor austríaco de automóviles de competición
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“Muchos humanos dicen que les gusta el inveierno, pero lo que realmente les gusta es poderse sentir protegidos frente a él. Para ellos la alimentación no supone ningún problema en invierno. Tienen fuegos y ropa de abrigo. El invierno no puede hacerles daño y, por tanto, aumenta su sensación de bienestar y seguridad. Para los pájaros y los animales, al igual que para las personas pobres, el invierno es otra historia.”

Watership Down
Variante: Muchos humanos dicen que les gusta el invierno, pero lo que realmente les gusta es poderse sentir protegidos frente a él. Para ellos la alimentación no supone ningún problema en invierno. Tienen fuegos y ropa de abrigo. El invierno no puede hacerles daño y, por tanto, aumenta su sensación de bienestar y seguridad. Para los pájaros y los animales, al igual que para las personas pobres, el invierno es otra historia.

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“Son muy pocos aquellos de entre nosotros que no se han despertado a veces antes del alba, o después de una de esas noches sin sueños que casi nos hacen amar la muerte, o de una de esas noches de horror y de alegría monstruosa, cuando se agitan en las cámaras del cerebro fantasmas más terribles que la misma realidad, rebosantes de esa vida intensa, inseparable de todo lo grotesco, que da al arte gótico su imperecedera vitalidad, puesto que ese arte bien parece pertenecer sobre todo a los espíritus atormentados por la enfermedad del ensueño. Poco a poco, dedos exangües surgen de detrás de las cortinas y parecen temblar. Adoptando fantásticas formas oscuras, sombras silenciosas se apoderan, reptando, de los rincones de la habitación para agazaparse allí. Fuera, se oye el agitarse de pájaros entre las hojas, o los ruidos que hacen los hombres al dirigirse al trabajo, o los suspiros y sollozos del viento que desciende de las montañas y vaga alrededor de la casa silenciosa, como si temiera despertar a los que duermen, aunque está obligado a sacar a toda costa al sueño de su cueva de color morado. Uno tras otro se alzan los velos de delicada gasa negra, las cosas recuperan poco a poco forma y color y vemos cómo la aurora vuelve a dar al mundo su prístino aspecto. Los lívidos espejos recuperan su imitación de la vida. Las velas apagadas siguen estando donde las dejamos, y a su lado descansa el libro a medio abrir que nos proponíamos estudiar, o la flor preparada que hemos lucido en el baile, o la carta que no nos hemos atrevido a leer o que hemos leído demasiadas veces. Nada nos parece que haya cambiado. De las sombras irreales de la noche renace la vida real que conocíamos. Hemos de continuar allí donde nos habíamos visto interrumpidos, y en ese momento nos domina una terrible sensación, la de la necesidad de continuar, enérgicamente, el mismo ciclo agotador de costumbres estereotipadas, o quizá, a veces, el loco deseo de que nuestras pupilas se abran una mañana a un mundo remodelado durante la noche para agradarnos, un mundo en el que las cosas poseerían formas y colores recién inventados, y serían distintas, o esconderían otros secretos, un mundo en el que el pasado tendría muy poco o ningún valor, o sobreviviría, en cualquier caso, sin forma consciente de obligación o de remordimiento, dado que incluso el recuerdo de una alegría tiene su amargura, y la memoria de un placer, su dolor.”

The Picture of Dorian Gray

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“¿Somos siempre dueños de no contrariar? Soy mujer por propia elección, Álvaro, pero mujer al fin, expuesta a sentir todo género de impresiones; no soy de mármol. He escogido entre las zonas la materia elemental que compone mi cuerpo: es muy susceptible; si no lo fuese, carecería de sensibilidad, no me harías sentir nada y me volvería insípida para ti. Perdóname por haber corrido el riesgo de tomar todas las imperfecciones de mi sexo para reunir, si podía, todas sus gracias; pero la locura ya está hecha y, constituida como lo estoy ahora, mis sensaciones son de una vivacidad a la que nada se acerca: mi imaginación es un volcán. Tengo, en una palabra, pasiones de una violencia tal que debería asustarte, si no fueses el objeto de la más arrebatada de todas y si no conociésemos mejor los principios y efectos de esos impulsos naturales de lo que se los conoce en Salamanca. Allí les dan nombres odiosos; hablan, por lo menos, de reprimirlos. ¡Reprimir una llama celeste, resorte único mediante el cual el alma y el cuerpo pueden actuar recíprocamente uno sobre otro y forzarse a colaborar en el mantenimiento necesario de su unión! ¡Es una completa idiotez, mi querido Álvaro! Debemos controlar esos impulsos, pero de cuando en cuando debemos ceder ante ellos; si los contrariamos, si los sublevamos, escapan todos a la vez y la razón no sabe ya dónde sentarse para gobernar. Cuida de mí en estos momentos, Álvaro; no tengo más que seis meses, estoy entusiasmada con todo lo que siento; piensa que una de tus negativas, una palabra que me digas desconsideradamente, indignan al amor, rebelan al orgullo, despiertan el desprecio, la desconfianza, el temor.”

Jacques Cazotte (1719–1792) escritor francés

The Devil In Love

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“Los motivos para no volver al congreso son muy sencillos: desencanto y aburrimiento. De muchacho diome la afición de ir a las barras y conocí bastante el senado donde asistí a don Miguel Antonio Caro y la cámara donde hablaban Guillermo Valencia y Oscar Teran. Mi actuación ha sido larga, y toda actuación larga aburre al actor y a los espectadores, esa aburricion no tiene cura, si coincide como es mi caso con una curva de decadencia de la institución, como digo conocí el senado admirable de 1903, después en las cámaras a las que he acudido vi trabajar a ciudadanos eminentes que llenaban su cometido de legisladores con un gran sentido del deber, una real capacidad y el autentico esfuerzo por producir el trabajo útil, conocí el esmero solicito con que antes se intervenía en la formación de las leyes y lo comparo con el desgaire con que se hace ahora, en el estado a que ha llegado el congreso, la preparación, el estudio, el conocimiento, la demostración, el raciocinio no tienen cabida, son inoperantes y baldíos, el congreso se mueve con un truco y yo conozco el truco, se en que consiste hasta en sus menores detalles, como se inicia en que manera se desarrolla y la manera como se le hace actuar para conseguir un éxito infalible, es un truco que yo no puedo emplear por un sentimiento de dignidad personal de modo que lo que he tratado de hacer y lo que tal vez pudiera hacer todavía no sirve de nada, y lo que sirve para el éxito parlamentario yo no lo puedo hacer, sobro, me ocurre además lo que algunos niños con los juguetes mecánicos, se encantan con ellos cuando ignoran el mecanismo que los hace andar, pero si llegan a descubrir el resorte y la ruedita se aburren y los tiran; dejo el congreso con la sensación de que queda atrás algo que no vale la pena porque esta dañado y corrompido hasta el tuétano.”

Laureano Gómez (1889–1965) Presidente de Colombia 1950-1951

Fuente: Diario El Pacifico de Cali (25 de diciembre de 1940).

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“Siempre esa sensación de que eres una extensión de la Coca-Cola.”

Thom Yorke (1968) músico y compositor inglés

Fuente: 1001 Discos que hay que escuchar antes de morir', publicado en 2005. [referencia no válida]

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“esa sensación de no ser yo mismo, como unas especie de alienígena en un disfraz humano perfecto”

Stephen King (1947) escritor, novelista, columnista, productor cinematográfico y director estadounidense
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“Las personas, por alguna razón, cuando piensan en prácticas espirituales, espiritualidad, piensan que estamos aquí para ser uno con Dios o, ya sabes, la unidad con todo lo que existe, todo este tipo de cosas, y piensan que eso es lo único a lo que deberíamos estar apuntando. Si eso fuera lo único que se suponía que debíamos hacer, nunca habríamos nacido porque éramos todo eso antes de venir aquí. Vinimos aquí con un propósito muy específico. En el budismo llaman a ese propósito tu dharma, en magia lo llamamos tu voluntad, y esto es de lo que Crowley estaba hablando cada vez que escribía sobre tu voluntad. Tu voluntad es tu dharma, por lo que el universo no va a desperdiciar energía creando personas duplicadas, todo el mundo está aquí por una razón específica, un propósito específico, ahora, tu voluntad puede superponerse con la de otras personas, puede tener cosas en común con otras personas, pero todavía hay algo, hay una experiencia única muy específica que estás aquí para tener. La mayoría de las personas ni siquiera se dan cuenta de cuál es esa experiencia, eso es lo que conduce a la infelicidad en la vida, ya sabes, las personas que simplemente tienen esta vaga sensación de descontento o angustia, cuando dicen "solo sé que esto no es lo que quiero". Cuando descubres cuál es tu voluntad, todo eso desaparece.”

Damien Echols (1974)

Fuente: The Duncan Trussell Family Hour Podcast #314 with Damien Echols.

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“Se le había ocurrido la pequeña historia de una ballena nacida en el desierto, y eso era todo lo que conocía. Tenía buenos amigos entre las plantas y los animales del desierto, sólo algo no estaba bien, y era la arena que tiraba por su agujero: le raspaba. Eso la confundía porque toda su vida la había pasado ahí. Poco a poco, sin saber cómo, creció la sensación de que tenía que partir a alguna otra parte. Sin imaginar una llegada, sólo irse. Un día se despidió de sus amigos y partió. La historia termina con un largo camino que hizo, sintiéndose peor porqiue ya no estaba allá y todavía no había llegado a ninguna parte. Hasta que un día llegó al mar y no sólo el agua que soplaba por su agujro no la raspaba, sino que además había encontrado otras ballenas. Obviamente quiero decir que yo también me siento como esa ballena y que sólo sé irme y ya perdí todos los caminos de regreso y que de esto se trata lo que escribo (soy el número un millón, de los que se identifican los la ballena de esa historia). Peor en verdad hay algo más que me gusta en esa historia y es que en la ballena había un conocimiento sobre cierto orden o sentido de las cosas, aun cuando no supiera de dónde venía, ni que su malestar era por eso. En ella misma había una proporción no correspondida que se expresaba como esa voz que oía: Aquí no es, así no es. Posdata número cuatro: me gusta la idea de que el propio ser está destinado a encajar bien y no a vivir patas arriba como el loco del tarot. Posdata número cinco: esta es la única historia que conozco en la que encajar bien es lo contrario de conformarse”

Luis Pescetti (1958) músico y escritor argentino

El Ciudadano de MIS Zapatos (Narrativas Argentinas)

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