
Cómo vivir juntos. Simulaciones novelescas de algunos espacios cotidianos. Notas de cursos y semenarios en el Collège de France, 1976-1977
Cómo vivir juntos. Simulaciones novelescas de algunos espacios cotidianos. Notas de cursos y semenarios en el Collège de France, 1976-1977
Me llaman Artemio Furia
Nothing, Nobody: The Voices of the Mexico City Earthquake
Me llaman Artemio Furia II
The Mist
Variante: Ahora agárrame el brazo, agárrate fuerte, vamos hacia lugares tenebrosos, pero creo conocer el camino, de todos modos, no sueltes mi brazo. Y si recibes un beso en la oscuridad, no te alteres: es que te quiero.
Sopa de Pollo para el Alma de la Pareja: Relatos inspirecionales sobre el amor y las relaciones
A Heart So White
Variante: (...) quien anticipa su propia muerte rara vez se mata, quien anticipa la de los otros rara vez asesina, es preferible asesinar y matarse con el pensamiento, no dejar secuelas ni tampoco huella, incluso con el gesto lejano del brazo que agarra, todo es cuestión de distancia y tiempo, si se está un poco lejos el cuchilla golpea el aire en vez de golpear el pecho, no se hunde en la carne morena o blanca sino que recorre el espacio y no sucede nada, su recorrido no se computa ni se registra y se ignora, no se castigan las intenciones
Madwomen: The "Locas mujeres" Poems of Gabriela Mistral, a Bilingual Edition
Discurso sobre el origen de la desigualdad entre los hombres
Variante: No piensas en mí como yo en ti. No me importa. Pero si también tienes frío, podrías acercarte y rodearme con los brazos. Solo un poco. Con un nudo en la garganta, me acerqué, me senté a su lado y la abracé. —Qué bien —dijo ella, más relajada—. Es como si hasta ahora siempre hubiera tenido frío.
Nacidos para correr: La historia de una tribu oculta, un grupo de superatletas y la mayor carrera de la historia
El club de la miseria. Qué falla en los países más pobres del mundo
The Complete Essays
TOYOTA KATA: El método que ayudó a miles de empresas a optimizar la gestión de sus negocios
Veinte poemas de amor y una canción desesperada / Los versos del capitán
Caballo de Fuego: Congo
Variante: Arrête, Matilde -le pidió-. Arrête, s'il te plaît. Me rindo -susurró en francés, con los brazos alzados y la cabeza caída. Su mano se abrió y las fotografías se regaron en torno a él.
Matilde supo que algo acababa de romperse en el interior de Eliah y sintió pánico.
-Estoy cansado de vivir de esta manera, lleno de angustia y de desesperación por el temor constante a perderte, por no se suficiente para ti, por anhelar que me ames más que a nadie, por considerarme menos, por no merecerte...
-Eliah, por favor...
-Déjame hablar. Le temo a tu juicio lo mismo que a mis errores, que son muchos, lo sé, pero están en el pasado y nada puedo hacer para cambiarlos. Le temo a tu condena. En verdad, tú estas muy por encima de mí...
-¡No! -clamó ella, e intentó acercarse, pero Al-Saud volvió a elevar los brazos y caminó hacia atrás.
-Te amo de un modo que no es bueno para mí, tampoco lo es para ti. A veces pienso que es una obsesión que terminará con los dos.
El cuarto Arcano II. El puerto de las tormentas
Era el cielo
Pancho Villa: 10
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