Frases sobre palabra
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“Cuantas menos palabras uno pronuncia, menos seran repetidas, y menos seran falseadas.”

Eduardo III de Inglaterra (1312–1377) Rey de Inglaterra (1327-1377)

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“Pueden prohibir muchas cosas, las palabras no se matan, prohibido olvidar.”

Rodrigo Bueno (1973–2000) cantante argentino

palabras en Cuba en junio de 2000.[Sin fuentes]
Citas de Rodrigo

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“¿Hay algo bueno aún en las especies que pueblan la biosfera? Aún quedan individuos que llevan a cabo actos de compasión con todo su corazón, en la iglesia, en los hospitales, en la atención social. Hay gente similar en la vida privada, buenos en el más profundo sentido de la palabra, que alegran y animan a toda la comunidad a su alrededor, que no se dejan influenciar por los "caprichos pasajeros del mundo". Todas estas personas buscan la cercanía, dar su amor fraternar. La verdadera grandeza se encuentra en todas estas escasas personas que luchan también por proteger y preservar toda la creación, la parte viva del planeta. Entre la muchedumbre rabiosa y vociferante, entre los frenéticos häkkinens y mäkkinens, aún queda un pequeño grupo de ecologistas que defienden la vida. Algunos tratan de influir en clubs o partidos, otros van por su cuenta. Es milagroso que este pequeño grupo de personas que pueden combinar conocimiento y emoción aún se las arregle para intentar preservar lo que es justo y bueno lo máximo posible, y además sean capaces de ser pacientes entre tantísimo alboroto. Pero estas personas no pueden arreglarlo todo; se agarran a los últimos pedazos de naturaleza aún no violada por el hombre, se aferran a los últimos restos del bosque, intentan retrasar el final, dar un poco de tiempo más a la biosfera, aunque sólo sea un segundo más. Estas personas aún piensan, discuten, escriben, negocian, intentan redactar programas de conservación de la naturaleza que después terminan hechos pedazos por los terratenientes y su ignorante hatajo de bestias. El mayor milagro de este comienzo de milenio es que aún queden protectores; que la fe, la esperanza y el amor aún ardan en su interior.”

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“Si soy la lengua sucia tu eres la palabra debil, si soy la causa de tu rabia en esta labia fértil”

ZPU (1981) MC español

Odio Y Amor, Hombre De Oro, 2006

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“Ultimadamente, ¿qué es un escritor? Un tipo que hace diccionarios incompletos, que hurta los significados de sus palabras, un ladrón.”

Roque Dalton (1935–1975) periodista y poeta salvadoreño

Pobrecito poeta que era yo

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“La música existe para cuando nos fallan las palabras. (Kvothe)”

The Wise Man's Fear
Variante: La música existe para cuando nos fallan las palabras.

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“Ciertos días yo amanecía llena de palabras”

Marcela Serrano (1951) escritora chilena

Antigua Vida Mía

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“Las palabras con que se envenena el corazón, por mezquindad o por ignorancia, se quedan enquistadas en la memoria y tarde o temprano queman el alma.”

The Shadow of the Wind
Variante: Las palabras con que se envenena el corazón de un hijo, por mezquindad o por ignorancia, se quedan enquistadas en la memoria y tarde o temprano le queman el alma.

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“Te ruego que recites el pasaje tal como te lo he declamado yo, con soltura y naturalidad, pues si lo haces a voz en grito, como acostumbran muchos de nuestros actores, valdría más que diera mis versos a que los voceara el pregonero.

Guardate también de aserrar demasiado el aire, así con la mano.

Moderación en todo, pues hasta en medio del mismo torrente, tempestad y aún podría decir to torbellino de tu pasión, debes tener y mostrar aquella templanza que hace suave y elegante la expresión.

¡Oh! me hiere el alma oir desgarrar una pasión hasta convertirla en jirones y verdaderos guiñapos, hediendo los oídos de los "mosqueteros" que por lo general, son incapaces apreciar otra cosa que incomprensibles pantomimas y barullo.

De buena gana mandaría azotar a ese energúmeno por exagerar el tipo de Termagante….¡¡Esto es ser más herodista que Herodes…!¡ Evitalo tú, por favor!
No seas tampoco demasiado tímido; en ésto tu propia discreción debe guiarte.

Que la acción corresponda a la palabra y la palabra a la acción, poniendo un especial cuidado en no traspasar los límites de la sencillez de la naturaleza, porque todo lo que a ella se opone, se aparta igualmente del propio fin del arte dramático, cuyo objeto, tanto en su origen como en los tiempos que corren, ha sido y es, presentar, por decirlo así, un espejo a la Humanidad;

Mostrar a la virtud sus propios rasgos, al vicio su verdadera imgen y a cadaedad y generación su fisonomía y sello caraterístico.

De donde resulta que si se carga la expresión o si esta languidece, por más que ello haga reir a los ignorantes, no podrá menos de disgustar a los discretos, cuyo dictamen, aunque se trate de un solo hombre, debe pesar más en vuestra estima que el de todo un público compuesto de los otros.

¡Oh! cómicos hay a quienes he visto representar y a los que he oído elogiar, y en alto grado, que, por no decirlo en malos términos, no teniendo ni acento ni traza de cristianos, de gentiles, ni tan siquiera de hombres, se pavoneaban y vociferaban de tal modo que llegué a pensar si proponiéndose algún mal artífice de la Naturaleza formar tal casta de hombres, le resultaron unos engendros:

¡Tan abominablemente imitaban la Humanidad!
¡Oh! Corregidlo del todo! y no permitáis que los que hacen de graciosos ejecuten más de lo que les esté indicado, porque alguno de ellos empiezan a dar risotadas para hacer reir a unos cuantos espectadores imbéciles, aún cuando en aquel preciso momento algún punto esencial de la pieza reclame la atención.

Esto es indigno, y revela en los insensatos que lo practican la más estúpida pretensión. Id a prepararos”

Hamlet

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“Dicen que la vida se puede recorrer por dos caminos: el bueno y el malo. Yo no creo eso. Yo más bien creo que son tres: el bueno, el malo y el que te dejan recorrer. El bueno lo he intentado andar y no me ha ido bien. Juro que ha sido así. De pequeño hice todo lo que consideré correcto y lo que está bendita New Orleáns, con sus acordes de ébano y sus insoportables chaquetas a rayas me inducía a hacer. Estudié profundamente y traté de trasladar mis conocimientos con pasión. Los estudiantes saben eso. También escribí encerrado en un pequeño mundo cuarto juntando frases, frustrándome ante las huidizas buenas palabras y las no menos resbaladizas imágenes, comparaciones, situaciones, personajes, diálogos. Asumí estar en ese camino porque es ese el modo como se consiguen los sueños. Al menos eso creía hasta un día, cuando tenía todo acabado y faltaba la confirmación de que había decidido bien, no hubo recompensa. No hubo zanahoria, Ahí me di cuenta de que ya estaba caminando, lejos de mi voluntad, por la otra senda. Esa que no es la buena ni la mala. Porque está claro que la buena es buena porque es una opción propia. La mala es mala porque también es tu opción. Pero la otra no es algo que hayas escogido, por lo cual no pueden decir que es ciertamente buena o ciertamente mala. Es ciertamente ajena, impropia. Por ese camino involuntario caminé, llevado de las narices, arrastrado como un palo sin poder animarme. Tuve que resignarme a ser como ellos me ordenaban, a aceptar sus juicios y sus rechazos. A comprobar una vez más que no todos pueden ver más allá de su aliento. A ser víctima de un sistema que hace de gente como yo infelices zombies o incomprendidos. Y hay que tener el espíritu muy bien templado, tal vez como acero damasquino o más, para afrontar semejante fuerza.”

John Kennedy Toole (1937–1969) novelista estadounidense
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“Cuando compramos un libro establecemos una propiedad, como ocurre con la ropa o los muebles; pero el acto de comprar no representa sino el preludio de la posesión en el caso de un libro. Sólo se posee completamente un libro cuando pasa a formar parte de uno mismo, y la mejor forma de pasar a formar parte de él —lo que viene a ser lo mismo— es escribir en él.

¿Por qué es indispensable subrayar un libro para leerlo? En primer lugar, porque así nos mantenemos despiertos, totalmente despiertos y no sólo conscientes. En segundo lugar, leer, si lo hacemos activamente, equivale a pensar, y el pensamiento tiende a expresarse en palabras, escritas o habladas. La persona que asegura saber lo que piensa pero no puede expresarlo normalmente no sabe lo que piensa. En tercer lugar, anotar las propias reacciones ayuda a recordar las ideas del autor.

La lectura de un libro debería ser una conversación entre el lector y el escritor. Lo más probable es que éste sepa más sobre el tema que aquél; en otro caso, el lector no se molestaría en leer su obra, pero la comprensión supone una tarea doble: la persona que aprende tiene que plantearse preguntas y planteárselas al enseñante, e incluso tiene que estar dispuesta a discutir con éste una vez que ha entendido lo que dice. Literalmente, subrayar un libro equivale a la expresión de las diferencias o de la coincidencia del lector con el escritor, y supone el mayor honor que aquél le puede rendir a éste.”

How to Read a Book: The Classic Guide to Intelligent Reading

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“«Venían del muelle Morland, sin corbatas, sin sombreros, sofocados, mojados por la lluvia, con los ojos brillantes. Gavroche les abordó con calma.
- ¿Adónde vamos? - preguntó.
- Ven - contestó Courfeyrac.
Detrás de Feuilly marchaba, o más bien saltada Bahorel, como un pez en el agua del motín. Llevaba un chaleco carmesí y profería palabras de esas que lo rompen todo. Su chaleco impresionó a un transeúnte, que gritó asustado:
- ¡Aquí están los rojos!
- ¡El rojo, los rojos! - replicó Bahorel -. ¡Vaya un temor gracioso, burgués! Por lo que a mí respecta, no tiemblo ante una amapola, la caperucita roja no me inspira pavor alguno. Créame, burgués, dejemos el miedo al rojo para los animales con cuernos.»”

Les Misérables
Variante: Venían del muelle Morland, sin corbatas, sin sombreros, sofocados, mojados por la lluvia, con los ojos brillantes. Gavroche les abordó con calma.
- ¿Adónde vamos? - preguntó.
- Ven - contestó Courfeyrac.
Detrás de Feuilly marchaba, o más bien saltada Bahorel, como un pez en el agua del motín. Llevaba un chaleco carmesí y profería palabras de esas que lo rompen todo. Su chaleco impresionó a un transeúnte, que gritó asustado:
- ¡Aquí están los rojos!
- ¡El rojo, los rojos! - replicó Bahorel -. ¡Vaya un temor gracioso, burgués! Por lo que a mí respecta, no tiemblo ante una amapola, la caperucita roja no me inspira pavor alguno. Créame, burgués, dejemos el miedo al rojo para los animales con cuernos.

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“La mansedumbre sin dignidad es bajeza o humillación. En otras palabras, la mente flexible tiene en cuenta la norma, pero también aquellos factores complementarios y equilibrantes que la apaciguan.”

Walter Riso (1951)

El poder del pensamiento flexible: De una mente rígida a una mente libre y abierta al cambio
Variante: bajeza o humillación. En otras palabras, la mente flexible tiene en cuenta la norma, pero también aquellos factores complementarios y equilibrantes que la apaciguan.

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“La gente no acepta que se le diga sus verdades. Quieren que se crea sus lindas palabras o por lo menos que uno haga como si. Yo soy lúcida soy franca arranco las caretas. La tipeja que susurra: '¿Así que quiere mucho a su hermanito?' y yo con mi vocecita serena 'Lo detesto'. He seguido siendo esa adolescente que dice lo que piensa no hace trampas. Se me partía el corazón escucharlo pontificar y todos esos infelices de rodillas delante de él. Yo aparecía con mis grandes zuecos sus palabras solemnes quedaban desinfladas: el progreso la prosperidad el porvenir del hombre la felicidad de la humanidad la ayuda a los países subdesarrollados la paz del mundo. No soy racista pero me importan un pito los árabes los judíos los negros exactamente como me importan un pito los chinos los rusos los yanquis los franchutes. Me importa un pito la humanidad qué es lo que ella ha hecho por mí me gustaría saberlo. Si son lo bastante estúpidos como para degollarse bombardearse tirarse napalm exterminarse no gastaré mis ojos llorando. Un millón de niños degollados ¿y qué? Los niños nunca son otra cosa que semilla de canallas y así se descongestiona un poco el planeta reconocen que está superpoblado ¿y entonces qué? Si yo fuera la tierra me daría asco toda esa gusanada en mi espalda me la sacudiría. Si todos revientan yo quiero reventar. Los niños no son nada para mí no voy a enternecer por ellos. Mi hija está muerta y me han robado a mi hijo.”

Simone de Beauvoir (1908–1986) escritora, intelectual, filósofa existencialista, activista política, feminista y teórica social francesa

The Woman Destroyed

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“Habla en francés cuando no te acuerdes de alguna palabra en castellano… acuérdate bien de andar con las puntas de los pies hacia afuera… y no te olvides nunca de quien eres!”

Lewis Carroll (1832–1898) diácono anglicano, lógico, matemático, fotógrafo y escritor británico

Alice's Adventures in Wonderland & Through the Looking-Glass

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“No puedo concretar la hora, ni el sitio, ni la mirada, ni las palabras que pusieron los cimientos de mi amor. Hace bastante tiempo. Estaba ya medio enamorado de ti antes de saber que te quería - Mr. Darcy”

Pride and Prejudice
Variante: No puedo concretar la hora, ni el sitio, ni la mirada, ni las palabras que pusieron los cimientos de mi amor. Hace bastante tiempo. Estaba ya medio enamorado de ti antes de saber que te quería

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“CONTROLAR EL DESEO DE DEMOCRACIA Todo eso ocurrió hace ciento cincuenta años; en Inglaterra, antes. Se han dedicado esfuerzos enormes a inculcar el Nuevo Espíritu de la Época y hay industrias fundamentales consagradas a la labor: relaciones públicas, publicidad y márketing en general, todo lo cual suma una parte enorme del producto interior bruto. Esas industrias se aplican en lo que el gran economista político Thorstein Veblen llamó «fabricación de deseos».14 En palabras de los propios empresarios, la labor consiste en dirigir a la gente hacia «cosas superficiales» de la vida, como el «consumo en moda». De esa forma la gente puede atomizarse, se pueden separar unos de otros, ya que solo se busca el beneficio personal, y se aleja a las personas del peligroso esfuerzo de pensar por sí mismas y enfrentarse a la autoridad. Edward Bernays, uno de los fundadores de la industria moderna de las relaciones públicas, denominó «ingeniería del consentimiento» al proceso de modelar opiniones, actitudes y percepciones. Bernays era un respetado progresista, al estilo de Wilson, Roosevelt y Kennedy, igual que su coetáneo, el periodista Walter Lippmann, el intelectual público más destacado de Estados Unidos en el siglo XX y alabó «la ingeniería del consentimiento» como «un nuevo arte» en la práctica de la democracia. Ambos reconocieron que la ciudadanía debe ser «puesta en su lugar», marginada y controlada; por su propio interés, por supuesto. La gente era demasiado «estúpida e ignorante» para que se le permita gobernar sus propios asuntos. Esa tarea tenía que dejarse a una «minoría inteligente», a la que hay que proteger «de las trampas y el rugido [del] rebaño desorientado» los «independientes ignorantes y entrometidos»; la «multitud traviesa», como la llaman sus predecesores del siglo XVII. El papel de la población general en una sociedad democrática que funcionara como es debido consistía en ser «espectadores» no «participantes en la acción».15 Y a los espectadores no se les debe permitir ver demasiado. El presidente Obama ha impuesto nuevos criterios para salvaguardar este principio. De hecho, Obama ha castigado a más gente que tira de la manta que todos los presidentes anteriores juntos, todo un éxito para un gobierno que llegó al poder prometiendo transparencia. Entre los muchos temas que no son asunto del rebaño desorientado están las relaciones exteriores. Cualquiera que haya estudiado documentos secretos desclasificados habrá descubierto que, en gran medida, su clasificación se concibió para proteger a las autoridades del escrutinio público. A escala nacional, la plebe no tenía que oír el consejo de los tribunales a grandes empresas: que deberían consagrar algunos esfuerzos muy visibles a buenas obras, de manera que una «opinión pública excitada» no descubriera los enormes beneficios que el Estado niñera les proporcionaba.16”

Noam Chomsky (1928) lingüista, filósofo y activista estadounidense

¿Quién domina el mundo?

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“Es preciso que los escritorzuelos y haraganes de hoy sepan que las mayores revoluciones de este mundo nunca fueron acaudilladas por escritores de librillos. No, apenas se limitaron a trazar las bases teóricas de las revoluciones. Desde tiempos inmemoriales, la fuerza que impulsó las grandes avalanchas históricas de índole política y religiosa no fue jamás otra que la magia de la palabra hablada. La gran masa cede ante todo al poder de la oratoria. Todos los grandes Movimientos son reacciones populares, son erupciones volcánicas de pasiones humanas y emociones afectivas aleccionadas, ora por la Diosa cruel de la Miseria, ora por la antorcha de la palabra lanzada en el seno de las masas, pero jamás por el almíbar de literatos esteticistas y héroes de salón. Únicamente un huracán de pasiones ardientes puede cambiar el Destino de los pueblos; mas despertar pasión es sólo atributo de quien en sí mismo siente el fuego pasional. Sólo ese entusiasmo inspira las palabras que, como golpes de martillo, consiguen abrir las puertas del corazón de un pueblo. No ha sido elegido para Anunciador de la Voluntad Divina aquél a quien le falta la pasión y se mantiene en un cómodo silencio. Que cada escritor quede junto a su tintero ocupado con "teorías" si su saber y su talento le bastan para eso. ¡Qué para Führer ni nació ni fue elegido!”

Adolf Hitler (1889–1945) Führer y Canciller Imperial de Alemania. Líder del Partido Nazi

Mi Lucha

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“Descubrí que mi obsesión de que cada cosa estuviera en su puesto, cada asunto en su tiempo, cada palabra en su estilo, no era el premio merecido de una mente en orden, sino al contrario, todo un sistema de simulación inventado por mí para ocultar el desorden de mi naturaleza. Descubrí que no soy disciplinado por virtud, sino como reacción contra mi negligencia; que parezco generoso por encubrir mi mezquindad, que me paso de prudente por mal pensado, que soy conciliador para no sucumbir a mis cóleras reprimidas, que sólo soy puntual para que no se sepa cuan poco me importa el tiempo ajeno.”

Memories of My Melancholy Whores
Variante: Gracias a ella me enfrenté por vez primera con mi ser natural mientras transcurrían mis 90 años. Descubrí que mi obsesión de que cada cosa estuviera en su puesto, cada asunto en su tiempo, cada palabra en su estilo, no era el premio merecido de una mente en orden, sino al contrario, todo un sistema de simulación inventado por mí para ocultar el desorden de mi naturaleza. Descubrí que no soy disciplinado por virtud sino como reacción contra mi negligencia; que parezco generoso por encubrir mi mezquindad que me paso de prudente por mal pensado, que soy conciliador por no sucumbir a mis cóleras reprimidas, que sólo soy puntual para que no se sepa cuán poco me importa el tiempo ajeno. Descubrí, en fin, que el amor no es un estado del alma sino un signo del zodiaco.

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“Existe un lenguaje que va más allá de las palabras”

The Alchemist

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“Tampoco hay que creer que el hombre es el más antiguo o el último de los amos de la tierra, o que esa combinación de vida y sustancia discurre sola por el universo. Los Grandes Antiguos eran, los Grandes Antiguos son, y los Grandes Antiguos serán. No conocemos nada del espacio sino por intermedio de ellos. Caminan serenos y primordiales, sin dimensiones e invisibles para nosotros. Yog-Sothoth es la puerta. Yog-Sothoth es la llave y el guardián de la puerta. Pasado, presente y futuro, todo es uno en Yog-Sothoth. Él sabe por dónde entraron los Grandes Antiguos en el pasado, y por dónde volverán a irrumpir otra vez. Sabe dónde Ellos han hollado los campos de la Tierra, dónde los siguen hollando, y por qué nadie puede contemplarlos mientras lo hacen. A veces el hombre puede saber que están cerca por Su olor, pero ningún hombre puede conocer Su semblante, salvo en los rasgos de los hombres engendrados por Ellos, y los hay de muchos tipos, distinguiéndose en apariencia de la auténtica forma humana hasta la forma sin imagen ni sustancia que es la de Ellos. Caminan invisibles y hediondos en lugares solitarios donde las Palabras han sido pronunciadas y los Ritos han sido aullados en las Estaciones apropiadas. El viento gime con Sus voces, y la tierra murmura con Su voluntad. Abaten los bosques y destruyen ciudades, aunque ningún bosque o ciudad advierte la mano que los aniquila. Kadath, en el páramo helado los ha conocido; pero, ¿qué hombre conoce a Kadath? El desierto helado del Sur y las islas sumergidas del océano conservan piedras donde puede verse Su sello, pero ¿quién ha visto la helada ciudad hundida o la torre sellada engalanada con algas y percebes? El Gran Cthulhu es Su primo, aunque apenas puede entreverlos débilmente.¡Iä! ¡Shub-Niggurath! Por su olor inmundo Los conoceréis. Su mano está en vuestras gargantas, aunque no Los veáis, y Su morada se encuentra en el umbral que custodiáis. Yog-Sothoth es la llave que abre la puerta, el lugar donde se reúnen las esferas. ahora el hombre reina donde Ellos reinaron antes; pronto Ellos reinarán donde el hombre reina ahora. Después del verano viene el invierno; después del invierno, el verano. Ellos esperan pacientes y poderosos, porque volverán a reinar aquí.”

Howard Phillips Lovecraft (1890–1937) escritor estadounidense