Frases sobre conocido
página 3

Vasili Grossman Foto
Vasili Grossman Foto
Tsung-Dao Lee Foto
Shakira Foto

“Aún no he conocido al primer canario que haya dicho que va a dejar de cantar.”

Shakira (1977) cantante, compositora, bailarina, actriz de Colombia, autora
Josu Erkoreka Foto

“Nunca hemos conseguido tanto a cambio de una simple abstención. En mi trayectoria no he conocido un caso semejante.”

Josu Erkoreka (1960) político español

22 de junio de 2011, después de que la abstención del PNV sirviera para que el decreto de reforma de la negociación colectiva fuese aprobado en el Congreso.
Fuente: El Mundo: El PNV admite que nunca había logrado tanto a cambio de una mera abstención http://www.elmundo.es/elmundo/2011/06/22/espana/1308751700.html.

Edsger Dijkstra Foto

“La ingeniería de software debería ser conocida como “La Disciplina Condenada”, condenada porque ni siquiera puede acercarse a su meta, dado que la misma es en sí misma contradictoria.”

Edsger Dijkstra (1930–2002) informático neerlandés

Verificadas
Fuente: Smaldone http://www.smaldone.com.ar/documentos/ewd/sobre_la_crueldad.html

Rosa Montero Foto
Rosa Montero Foto
Nicolás Maquiavelo Foto
Jorge Luis Borges Foto
William Shakespeare Foto
Amélie Nothomb Foto
Agatha Christie Foto
Carlos Ruiz Zafón Foto
Francis Scott Fitzgerald Foto
Stephen King Foto
Cassandra Clare Foto
Jordi Sierra i Fabra Foto
Eduardo Sacheri Foto
Carl Sagan Foto

“Consideremos nuevamente este punto. Eso es aquí, Es nuestro hogar. Eso somos nosotros. En él están todos los que amamos, todo los que conoces, todos de quiénes haz oído hablar, y todos los seres humanos, quiens fueran que han vivido sus vidas. La suma de nuestra alegría y sufrimiento, miles de confiadas religiones, ideologías y doctrinas económicas, cada cazador y recolector, cada héroe y cobarde, cada creador y destructor de la civilizaciones, cada rey y cada campesino, cada joven pareja de enamorados, cada madre y padre, cada esperanzado niño, inventor y explorador, cada maestro de moral, cada político corrupto, cada “superestrella”, cada “líder supremo”, cada santo y pecador en la historia de nuestra especie vivió ahí: en una mota de polvo suspendida en un rayo de Sol.

La Tierra es un muy pequeño escalón en una vasta arena cósmica. Piensa en los ríos de sangre derramados por todos esos generales y emperadores, para que, en gloria y triunfo, pudieran convertirse en amos momentáneos de una fracción de un punto. Piensa en las interminables crueles visitas que los habitantes de una esquina de ese pixel hicieron contra los apenas distinguibles habitantes de alguna otra esquina; la frecuencia de sus malentendidos, la impaciencia por matarse unos a otros, la generación de fervientes odios. Nuestras posturas, nuestra imaginada auto-importancia, la falsa ilusión de tener una posición privilegiada en el Universo, son desafiadas por este pálido punto de luz.

Nuestro planeta es una mota solitaria en la inmensa oscuridad cósmica. En nuestra oscuridad, en toda esta vastedad, no hay ni un indicio de que la ayuda llegará desde algún otro lugar para salvarnos de nosotros mismos. La Tierra es el único mundo conocido hasta ahora que alberga vida. No hay ningún otro lugar, al menos en el futuro cercano, al cual nuestra especie pudiera migrar. ¿Visitar?, Sí. Establecerse, ¿aún no?. Nos guste o no, por el momento la Tierra es donde tenemos que quedarnos.

Se ha dicho que la astronomía es una experiencia de humildad y construcción de carácter. Quizá no hay mejor demostración de la tontería de la soberbia humana que ésta imagen distante de nuestro minúsculo mundo. Para mí, subraya nuestra responsabilidad de tratarnos los unos a los otros más amablemente, y de preservar y cuidar el pálido punto azul, el único hogar que jamás hemos conocido”

Carl Sagan (1934–1996) astrofísico, cosmólogo y divulgador científico estadounidense
Arundhati Roy Foto
Patrick Rothfuss Foto
Cassandra Clare Foto
Matt Haig Foto

“(una suerte de divinidad doméstica también conocida como «perro»)”

Matt Haig (1975) escritor británico

Los humanos

Chuck Palahniuk Foto
Arturo Uslar Pietri Foto
Jean Jacques Rousseau Foto

“Cuando todo en mi derredor estaba en orden, cuando estaba contento con todo lo que me rodeaba y con la esfera en la que tenía que vivir, la llenaba con mis afectos. Mi alma expansiva se extendía sobre otros objetos, y atraída sin cesar lejos de mí por gustos de mil especies, por vínculos amables que sin cesar ocupaban mi corazón, me olvidaba en cierta manera de mí mismo, participaba por entero de lo que me era extraño y sentía en la continua agitación de mi corazón toda la vicisitud de las cosas humanas. Esta tortuosa vida no me dejaba ni paz en los adentros, ni reposo fuera. En apariencia dichoso, `no tenía un solo sentimiento que pudiera soportar la prueba de la reflexión y en el que pudiera deleitarme verdaderamente. Nunca estaba totalmente contento, ni de otro ni de mí mismo. El tumulto del mundo me aturdía, la soledad me hastiaba, tenía continuamente necesidad de cambiar de sitio y no esta bien en ninguna parte. Sin embargo, era agasajado, muy estimado, bien recibido, acariciado por doquier. No tenía un solo enemigo, ni malqueriente ni envidioso. Como no se buscaba sino complacerme, con frecuencia yo mismo tenía el placer de complacer a mucha gente, y sin bienes, sin empleo, sin fautores, sin grandes talentos bien desarrollados ni bien conocidos, gozaba de las ventajas añadidas a todo aquello y no veía a nadie en estado alguno cuya suerte pareciérame preferible a la mía. ¿Que me faltaba entonces para ser feliz? Lo ignoro; pero sé que no lo era.”

Jean Jacques Rousseau (1712–1778) escritor, filósofo y músico franco-helvético definido como un ilustrado

Reveries of the Solitary Walker

Javier Negrete Foto

“Cuando regresó, el hijo del posadero le entregó las ropas del guerrero, limpias y dobladas. Mikhon Tiq las subió al sobrado y las colocó en orden junto a sus armas. Eran ropas de estilo Ainari, aunque mezclado con algunos detalles bárbaros del Norte. Las botas, que el propio rapaz había encerado, estaban arrugadas en los tobillos, casi cuarteadas; botas de espadachín acostumbrado a doblar las piernas y girar los pies en la danza del combate. Las mangas de la casaca eran amplias. Sin duda su dueño las utilizaba para guardar en ellas las manos y ocultar así las emociones, según la costumbre de Áinar. Pero tenían corchetes de latón para que, llegado el momento de la pelea, pudieran ceñirse a las muñecas y no estorbar los movimientos. El talabarte, ya descolorido, tenía una pequeña vaina a la derecha para el colmillo de diente de sable que sólo los Tahedoranes podían llevar. A la izquierda había dos trabillas de piel con sendas hebillas para colgar la funda de la espada. Éste era otro detalle que lo delataba. Los guerreros normales llevan una sola hebilla, de forma que la espada cuelgue junto al muslo. Los maestros de la espada, sean Ibtahanes o Tahedoranes, necesitan dos para que la espada se mantenga horizontal; de esta manera pueden sujetar la vaina con la mano izquierda y extraer el arma a una velocidad fulgurante, en el movimiento letal conocido como Yagartéi que es en sí mismo un arte marcial. Pero lo que más llamaba la atención de Mikhon Tiq era la propia espada. Hacía años que no veía una auténtica arma de Tahedorán. La funda era de cuero repujado, reforzada con guarnición y punta de metal, y con dos pequeños bolsillos a ambos lados. Uno de ellos contenía una navaja con un pequeño gavilán en forma de gancho; de este modo servía de arma y a la vez de herramienta para desmontar la empuñadura de su hermana mayor. En la otra abertura había papel de esmeril para sacar filo a la hoja; aunque un Tahedorán sólo haría esto en una emergencia, pues los aceros dignos de tal nombre deben ser bruñidos y afilados por maestros pulidores. En torno a la empuñadura de la espada corría una fina tira de piel, enrollada y apretada con fuerza para evitar que la mano resbalara al aferrarla. Mikhon Tiq miró de reojo a Linar. Tenía el ojo cerrado; o dormía o estaba encerrado en su mundo interior. En cuanto al guerrero, su respiración bajo la manta era profunda y pausada. Mikhon Tiq sintió la tentación de desenvainar la espada para examinar la hoja. Pero aquello habría sido una afrenta, como desnudar a una doncella dormida, así que apartó las manos del arma y procuró pensar en otras cosas.”

Javier Negrete (1964) escritor español

La Espada de Fuego

George Steiner Foto
Robin S. Sharma Foto
Anaïs Nin Foto
Francis Scott Fitzgerald Foto

“Cada persona sospecha que cuenta por lo menos con una de las virtudes cardinales, y ésta es la mía: soy una de las pocas personas honestas que he conocido.”

El gran Gatsby
Variante: Cada persona se cree dueña de al menos una de las virtudes cardinales, y ésta era la mía: soy una de las pocas personas honestas que conozco.

Peter Burke Foto
Javier Marías Foto
Steve Allen Foto

“Soy más fuerte debido a los tiempos difíciles, más prudente debido a mis errores, y más feliz porque he conocido la tristeza. ALLISON VOGEL, ESCRITORA”

Steve Allen (1921–2000)

Inspiración diaria - Un año de sabiduría diaria de grandes pensadores, empresarios, escritores, humoristas y más: 365 citas de inspiración, motivación y felicidad

Julio Cortázar Foto

“Y así, de feuille en aiguille, pienso en esos estados excepcionales en que por un instante se adivinan las hojas y las lámparas invisibles, se las siente en un aire que está fuera del espacio. Es muy simple, toda exaltación o depresión me empuja a un estado propicio a
lo llamaré paravisiones
es decir (lo malo es eso, decirlo)
una aptitud instantánea para salirme, para de pronto desde fuera aprehenderme, o de dentro pero en otro plano,
como si fuera alguien que me está mirando
(mejor todavía —porque en realidad, no me veo— : como alguien que me está viviendo).
No dura nada, dos pasos a la calle, el tiempo de respirar profundamente (a veces al despertarse dura un poco más, pero entonces es fabuloso)
y en ese instante sé lo que soy porque estoy exactamente sabiendo lo que no soy (eso que ignoraré luego astutamente). Pero no hay palabras para una materia palabra y visión pura, como un bloque de evidencia. Imposible objetivar, precisar ese defectividad que aprehendí en el instante y que era clara ausencia o claro error o clara insuficencia pero
sin saber de qué, qué.
Otra manera de tratar de decirlo: Cuando es eso, ya no estoy mirando hacia el mundo, de mí a lo otro, sino que por un segundo soy el mundo, el plano de fuera, lo demás mirándome. Me veo como pueden verme los otros. Es inapreciable: por eso dura apenas. Mido mi defectividad, advierto todo lo que por ausencia o defecto no nos vemos nunca. Veo lo que no soy. Por ejemplo (esto lo armo de vuelta, pero sale de ahí): hay enormes zonas a las que no he llegado nunca, y lo que no se ha conocido es lo que se es. Ansiedad por echar a correr, entrar en una casa, en esa tienda, saltar a un tren, devorar todo Jouhandeau, saber alemán, conocer Aurangabad… Ejemplos localizados y lamentables pero que pueden dar una idea. (¿una idea?)
Otra manera de querer decirlo: Lo defectivo se siente más como una pobreza intuitiva que como una mera falta de experiencia.”

Hopscotch

Cormac McCarthy Foto
Albert Einstein Foto
J. M. Coetzee Foto

“Resulta extraño añorar lo jamás tenido, aquello de lo que nunca ha formado parte. Resulta extraño tener una sensación elíaca acerca de un pasado que en realidad nunca ha conocido”

Diary of a Bad Year
Variante: Resulta extraño añorar lo jamás tenido, aquello de lo que nunca ha formado parte. Resulta extraño tener una sensación elegíaca acerca de un pasado que en realidad nunca ha conocido

Steven D. Levitt Foto
Milan Kundera Foto
José Rizal Foto

“¿Sabe V. que es muy triste para mí el perderla á v. después de haberla conocido?”

José Rizal (1861–1896) escritor, médico y héroe nacional filipino

The Young Rizal

Nicholas Sparks Foto

“eres lo más cercano a un ángel que jamás he conocido.”

Nicholas Sparks (1965) es uno de los mejores novelistas de amor

El cuaderno de Noah

Francis Scott Fitzgerald Foto
Jasper Fforde Foto
Terry Pratchett Foto
Enrique Serna Foto
Guy De Maupassant Foto
Sam Harris Foto
Michel De Montaigne Foto

“En cuanto al fin que nos proponen Plinio y Cicerón, la gloria, estoy muy lejos de tenerla en cuenta. La inclinación más contraria al retiro es la ambición. La gloria y el reposo no pueden alojarse en el mismo albergue. Por lo que veo, estos sólo tienen los brazos y las piernas fuera de la multitud; su alma y su intención continúan, más que nunca, atadas a ella: b | Tun’ uetule auriculis alienis colligis escas? [Entonces, viejo, ¿trabajas sólo para alimentar los oídos ajenos? ] a | Se han echado atrás solo para saltar mejor, y para, con un movimiento más fuerte, penetrar más vivamente en la muchedumbre. ¿Queréis ver cómo se quedan cortos por un pelo?
Comparemos las opiniones de dos filósofos [Epicuro y Séneca], y de dos escuelas muy diferentes, uno escribiendo a Idomeneo, otro a Lucillo, amigos suyos, para apartarlos de la administración de los negocios y de las grandezas, y dirigirlos hacia la soledad. Hasta ahora has vivido —dicen— nadando y flotando; ven a morir al puerto. Has entregado el resto de tu vida a la luz, entrega esta parte a la sombra. Es imposible abandonar las tareas si no renuncias a su fruto; así pues, deshazte de toda preocupación por el nombre y por la gloria. Existe el peligro de que el brillo de tus acciones pasadas te ilumine en exceso, y te siga hasta el interior de tu guarida. Abandona, junto a los demás placeres, el que brinda la aprobación ajena; y, en cuanto a tu ciencia y capacidad, no te importe: no perderán su eficacia porque tú valgas más que ellas. Acuérdate de aquel que, cuando le preguntaron para qué se esforzaba tanto en un arte que no podía ser conocido por mucha gente, respondió: «Me basta con pocos, me basta con uno, me basta con ninguno». Tenía razón. Tú y un compañero sois teatro de sobra suficiente el uno para el otro, o tú para ti mismo. Que el pueblo sea para ti uno solo, y que uno solo sea para ti todo el pueblo. Es una ambición cobarde pretender obtener gloria de la ociosidad y del ocultamiento. Tenemos que hacer como los animales, que borran su rastro a la entrada de su guarida. No has de buscar más que el mundo hable de ti, sino cómo has de hablarte a ti mismo. Retírate en tu interior, pero primero prepárate para acogerte; sería una locura confiarte a ti mismo si no te sabes gobernar. Uno puede equivocarse tanto en la soledad como en la compañía. Hasta que no te hayas vuelto tal que no oses tropezar ante ti, y hasta que no sientas vergüenza y respeto por ti mismo, c | obuersentur species honestae animo [que se ofrezcan imágenes honestas al espíritu], a | represéntate siempre en la imaginación a Catón, Foción y Aristides, ante los cuales aun los locos ocultarían sus faltas, y establécelos como censores de todas tus intenciones. Si estas se desvían, la reverencia por ellos te devolverá al camino. Te retendrán en la vía de contentarte contigo mismo, de no tomar nada en préstamo sino de ti, de detener y fijar el alma en unos pensamientos definidos y limitados donde pueda complacerse; y, tras haber entendido los verdaderos bienes, que se gozan a medida que se entienden, de contentarse con ellos, sin ansias de prolongar la vida ni el nombre. Este es el consejo de la verdadera y genuina filosofía, no de una filosofía ostentosa y verbal, como es la de los dos primeros.”

Michel De Montaigne (1533–1592) biografía, filósofo y político francés del Renacimiento

The Complete Essays

Victor Hugo Foto

“Nadie mejor para espiar las acciones de los demás que aquellos a quienes nada les importan esas acciones. ¿Por qué este señor nunca viene antes de que oscurezca?; ¿por qué este otro no cuelga la llave en su respectivo clavo de la portería, los jueves?; ¿por qué camina siempre por callejuelas?; ¿por qué la señora desciende siempre del coche de alquiler antes de llegar a su casa?; ¿por qué mandará a comprar un cuadernillo de papel de cartas, cuando tiene repleto de papel su escritorio?, etcétera, etcétera. Hay personas que, con tal de saber el secreto de tales enigmas, que les son por completo indiferentes, gastan más dinero, consumen más tiempo y se toman más trabajo de lo que se necesitaría para ejecutar diez buenas acciones; y lo hacen gratuitamente, por placer, sin que su curiosidad reciba otro premio que la propia curiosidad. Seguirán a éste o aquél durante días enteros, se quedarán como centinelas largas horas en las esquinas, bajo los portales, de noche, con frío y con lluvia, corromperán a los criados, emborracharán a los cocheros y a los lacayos, comprarán a la doncella, sobornarán a un portero… ¿Y todo eso para qué? Para nada. Por el solo afán de ver, de saber y de penetrar en vidas ajenas. Pura comezón de murmurar. Y, con frecuencia, una vez conocidos estos secretos, publicados estos misterios, descifrados estos enigmas, acarrean catástrofes, duelos, quiebras, ruinas de familias, existencias amargadas, con gran placer de aquellos que lo han "descubierto todo", sin interés, por puro instinto. Es algo realmente triste.

Ciertas personas son malas únicamente por necesidad de hablar. Su conversación, charla en el salón, diálogo en la antecámara, es como esas chimeneas que consumen rápidamente la leña, necesitan mucho combustible, y el combustible es el prójimo.”

Les Misérables

Czeslaw Milosz Foto
Howard Phillips Lovecraft Foto
Patrick Rothfuss Foto
Gabrielle Zevin Foto
Idries Shah Foto
Enrique Vila-Matas Foto
Martín Casariego Foto
Noam Chomsky Foto
Matilde Asensi Foto
Yevgeny Zamyatin Foto
Jean Jacques Rousseau Foto
Robert Sapolsky Foto
Michael Ende Foto
Arturo Uslar Pietri Foto
Leon Uris Foto
Julio Cortázar Foto
Philip K. Dick Foto
Carlos Ruiz Zafón Foto
George Steiner Foto
Stephen Chbosky Foto
Junot Díaz Foto

“Ella nunca hablaba de lo que eran; sólo decía, ¡Man, me alegro tanto de haberte conocido! Y él contestaba, Y yo de ser quien soy conociéndote.”

Junot Díaz (1968) escritor estadounidense-dominicano

La breve y maravillosa vida de Óscar Wao

Terry Pratchett Foto
Roberto Arlt Foto
Lionel Shriver Foto
Octavio Paz Foto
Howard Phillips Lovecraft Foto
Yukio Mishima Foto
Julio Cortázar Foto
Amélie Nothomb Foto
Alain de Botton Foto
Nicholas Sparks Foto
Michel Houellebecq Foto