Frases sobre manos
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“Los ojos son las unicas manos que nos van quedanso a unos cuantos, bonita”

Julio Cortázar (1914–1984) escritor argentino

62: A Model Kit
Variante: Los ojos son las únicas manos que nos van quedando a unos cuantos, bonita

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“Pienso cuando maduraban los limones. En el viento de febrero que rompía los tallos de los helechos, antes que el abandono los secara; los limones maduros que llenaban con su olor el viejo patio.
El viento bajaba de las montañas en las mañanas de febrero. Y las nubes se quedaban allá arriba en espera de que el tiempo bueno las hiciera bajar al valle; mientras tanto dejaban vacío el cielo azul, dejaban que la luz cayera en el juego del viento haciendo círculos sobre la tierra, removiendo el polvo y batiendo las ramas de los naranjos.
Y los gorriones reían; picoteaban las hojas que el aire hacía caer, y reían; dejaban sus plumas entre las espinas de las ramas y perseguían a las mariposas y reían. Era esa época.
En febrero, cuando las mañanas estaban llenas de viento, de gorriones y de luz azul. Me acuerdo.
Mi madre murió entonces.
Que yo debía haber gritado: que mis manos tenían que haberse hecho pedazos estrujando su desesperación. Así hubieras tú querido que fuera. ¿Pero acaso no era alegre aquella mañana? Por la puerta abierta entraba el aire, quebrando las guías de la yedra. En mis piernas comenzaba a crecer el vello entre las venas, y mis manos temblaban tibias al tocar mis senos. Los gorriones jugaban. En las lomas se mecían las espigas. Me dio lástima que ella ya no volviera a ver el juego del viento en los jazmines; que cerrara sus ojos a la luz de los días. ¿Pero por qué iba a llorar?”

Pedro Páramo

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“Ella nunca hablaba de lo que eran; sólo decía, ¡Man, me alegro tanto de haberte conocido! Y él contestaba, Y yo de ser quien soy conociéndote.”

Junot Díaz (1968) escritor estadounidense-dominicano

La breve y maravillosa vida de Óscar Wao

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“Cuando llega la hora de la verdad, en realidad sólo existen dos tipos de hombres en el mundo —dijo Andy, protegiendo una cerilla con ambas manos ahuecadas y encendiendo un cigarrillo—. Supongamos, Red, que hubiera una casa llena de pinturas y esculturas extrañas y de bellos objetos antiguos. Y supongamos que el propietario de la casa se enterara de que un huracán espantoso avanzaba precisamente en aquella dirección. Uno de los dos tipos de hombres a que me refiero, sencillamente espera que suceda lo mejor. El huracán puede cambiar de curso, se dice a sí mismo. Ningún huracán bien pensante se atrevería jamás a destruir todos esos Rembrandts, mis dos caballos de Degas, mis Grant Wood y mis Benton. Además, Dios no lo permitiría. Y si de todos modos ocurriera lo peor, están asegurados. Ése es un tipo de hombre. El otro sencillamente supone que el huracán arrasará la casa sin más. Si el centro meteorológico anuncia que el huracán ha cambiado de curso, este individuo cree que volverá a cambiar para arrasar su casa. Este segundo tipo de individuo sabe que no existe mal alguno en esperar lo mejor, siempre que estés preparado para lo peor.
Yo también encendí un cigarrillo.
—¿Me estás diciendo que estás preparado para la eventualidad?
—Sí. Estoy preparado para el huracán.”

Stephen King (1947) escritor, novelista, columnista, productor cinematográfico y director estadounidense

Rita Hayworth and Shawshank Redemption: A Story from Different Seasons

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“La televisión digital era magia. Internet también. Incluso el coche del padre, la maquina con la que antes los chicos conseguían dominar por primera vez el mundo físico, ahora la controlaba un ordenador. El diagnostico de un fallo no implicaba ponerse a desmontar un motor y pringarse de aceite. En el concesionario, el coche se enchufaba a otro ordenador impenetrable.

Si al mobiliario técnico de la vida de Zach le pasaba algo —y en estos días las máquinas no chisporrotean encima de uno ni empiezan a soltar extraños bufidos ni se ponen a chillar—, a él nunca se le pasaría por la cabeza la idea de arreglarlo con sus propias manos. Para esas cosas había brujos, aunque el concepto mismo de reparación ya se había vuelto arcano; mucho más probable era ir a comprarse otra máquina que trabajaba mágicamente y que luego, mágicamente también, dejaba de funcionar.

En conjunto, la especie humana estaba volviéndose cada vez más autoritaria en lo tocante a los mecanismos del universo. Individualmente, la experiencia de la mayoría eran una impotencia y una falta de comprensión flagrantes. La gente vivía en un mundo de supersticiones. Se fiaba del vudú, de hechizos y fetiches, de bolas de cristal cuyos caprichos no se podían manejar pero sin los cuales el gobierno de la vida cotidiana se paralizaba. La fe en que el ordenador se encendería una vez más y haría lo que se le pedía tenía un tinte religioso más que racional. Cuando la pantalla se oscurecía, los dioses estaban enfadados.”

Lionel Shriver (1957) escritora estadounidense

So Much for That

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“Mi meta en la vida es llegar a ser un adjetivo -dijo-. Que la gente vaya por ahí diciendo: «Eso era tan bankheadiano», o «Un poco demasiado bankheadiano para mi gusto».
-Bankheadiano suena bien -dijo Madeleine.
-Es mejor que bankheadesco.
-O bankheadino.
-La terminación en «ino» es horrible la mires por donde la mires. Hay joyciano, shakesperiano, faulkneriano. Pero en «ino». ¿Quién hay por ahí que sea algo terminado en «ino»?
-¿Thoma Mannino?
-Kafesco -dijo-. ¡Pynchonesco! Mira, Pynchon es ya un adjetivo. Gaddis. ¿Cómo sería para Gaddis? ¿Gaddiesco? ¿Gaddisio?
-No, con Gaddis no se puede hacer —dijo Madeleine.
-No -dijo Leonard- Ha tenido mala suerte, Gaddis. ¿Te gusta Gaddis?
-Leí un poco de Los reconocimientos -dijo Madeleine.
Doblaron Planet Street y subieron por la pendiente.
-Belloviano -dijo Leonard-. Es superbonito cuando se cambia alguna letra. Con nabokoviano no pasa: Nabokov ya tiene la «v». Y Chéjov también: chejoviano. Los rusos lo tienen fácil. ¡Tolstoiano! El tal Tolstói era un adjetivo a la espera de formarse.
-No te olvides del tolstoianismo -dijo Madeleine.
-¡Dios mío! -dijo Leonard-. ¡Un nombre! Jamás había soñado con llegar a ser un nombre.
-¿Qué significaría bankheadiano?
Leonard se quedó pensativo unos segundos.
-De o relativo a Leonard Bankhead (norteamericano, nacido en 1959). Caracterizado por una introspección o inquietud excesiva. Sombrío, depresivo. Véase caso perdido.
Madeleine reía. Leonard se detuvo y la cogió del brazo, mirándola con seriedad.
-Te estoy llevando a mi casa -dijo.
-¿Qué?
-Todo este tiempo que llevamos andando. Te he estado llevando hacia mi casa. Eso es lo que hago normalmente, al parecer. Es vergonzoso. Vergonzoso. No quiero que sea así. No contigo. Así que te lo estoy diciendo.
-Ya me lo había figurado, que íbamos a tu casa.
-¿Sí?
-Te lo iba a decir. Cuando estuviéramos más cerca.
-Ya estamos cerca.
-No puedo subir.
-Por favor.
-No. Esta noche no.
-Hannaesco -dijo Leonard-. Testarudo. Dado a posturas inamovibles.
-Hannaesco -dijo Madeleine-. Peligroso. Algo con lo que no se juega.
-Quedo advertido.
Se quedaron de pie, mirándose, en el frío y la oscuridad de Planet Street. Leonard sacó las manos de los bolsillos para encajarse la melena detrás de las orejas.
-Puede que suba sólo un minuto -dijo Madeleine.”

The Marriage Plot

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“Se puede partir de cualquier cosa, una caja de fósforos,
un golpe de viento en el tejado, el estudio número 3 de
Scriabin, un grito allá abajo en la calle, esa foto del
Newsweek, el cuento del gato con botas,

el riesgo está en eso, en que se puede partir de cualquier
cosa pero después hay que llegar, no se sabe bien a qué
pero llegar,

llegar no se sabe bien a qué, y el riesgo está en que en
una hora final descubras que caminaste volaste corriste
reptaste quisiste esperaste luchaste y entonces, entre
tus manos tendidas en el esfuerzo último, un premio literario
o una mujer biliosa o un hombre lleno de departamentos y
de caspa

en vez del pez, en vez del pájaro, en vez de una respuesta
con fragancia de helechos mojados, pelo crespo de un
niño, hocico de cachorro o simplemente un sentimiento
de reunión, de amigos en torno al fuego, de un tango que
sin énfasis resume la suma de los actos, la pobre hermosa
saga de ser hombre.

No hay discurso del método, hermano, todos los mapas
mienten salvo el del corazón, pero dónde está el norte en
este corazón vuelto a los rumbos de la vida, dónde el oeste,
dónde el sur. Dónde está el sur en este corazón golpeado por
la muerte, debatiéndose entre perros de uniforme y
horarios de oficina, entre amores de interregno y duelos
despedidos por tarjeta,
dónde está la autopista que lleve a un Katmandú sin
cáñamo, a un Shangri-La sin pactos de renuncia, dónde
está el sur libre de hienas, el viento de la costa sin
cenizas de uranio,

de nada te valdrá mirar en torno, no hay dónde ahí
afuera, apenas esos dóndes que te inventan con plexiglás
y Guía Azul. El dónde es un pez secreto, el dónde es eso
que en plena noche te sume en la maraña turbia de las
pesadillas donde (donde del dónde) acaso un amigo muerto
o una mujer perdida al otro lado de canales y de nieblas
te inducen lentamente a la peor de las abominaciones, a la
traición o a la renuncia, y cuando brotas de ese pantano
viscoso con un grito que te tira de este lado, el dónde
estaba ahí, había estado ahí en su contrapartida absoluta
para mostrarte el camino, para orientar esa mano que
ahora solamente buscará un vaso de agua y un calmante,

porque el dónde está aquí y el sur es esto, el mapa con
las rutas en ese temblor de náusea que te sube hasta la
garganta, mapa del corazón tan pocas veces escuchado,
punto de partida que es llegada.

Y en la vigilia está también el sur del corazón, agobiado
de teléfonos y primeras planas, encharcado en lo cotidiano.
Quisieras irte, quisieras correr, sabes que se puede
partir de cualquier cosa, de una caja de fósforos, de un
golpe de viento en el tejado, del estudio número 3 de
Scriabin, para llegar no sabes bien a qué pero llegar.”

Julio Cortázar (1914–1984) escritor argentino
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“Si aquella noche el rostro de Inés se me mostró en las facciones de Bob, si en algún momento el fraternal parecido pudo aprovechar la trampa de un gesto para darme a Inés por Bob, fue aquella, entonces, la última vez que vi a la muchacha. Es cierto que volví a estar con ella dos noches después en la entrevista habitual, y un mediodía en un encuentro impuesto por mi desesperación, inútil, sabiendo de antemano que todo recurso de palabra y presencia sería inútil, que todos mis machacantes ruegos morirían de manera asombrosa, como si no hubieran sido nunca, disueltos en el enorme aire azul de la plaza, bajo el follaje de verde apacible en mitad de la buena estación.

Las pequeñas y rápidas partes del rostro de Inés que me había mostrado aquella noche Bob, aunque dirigidas contra mí, unidas a la agresión, participaban del entusiasmo y el candor de la muchacha. Pero cómo hablar a Inés, cómo tocarla, convencerla a través de la repentina mujer apática de las dos últimas entrevistas. Cómo reconocerla o siquiera evocarla mirando a la mujer de largo cuerpo rígido en el sillón de su casa y en el banco de la plaza, de una igual rigidez resuelta y mantenida en las dos distintas horas y los dos parajes; la mujer de cuello tenso, los ojos hacia delante, la boca muerta, las manos plantadas en el regazo. Yo la miraba y era “no”, sabía que era “no” todo el aire que la estaba rodeando.”

Juan Carlos Onetti (1909–1994) Escritor uruguayo

Cuentos completos

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“Llevo mis manos vacía, por lo que hubo en mis manos.”

Antonio Porchia (1885–1968)

Voces (1943)

Esta traducción está esperando su revisión. ¿Es correcto?
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“La hermosura es una carta de recomendación escrita por Dios. Lo malo es que, de vez en cuando, el diablo la intercepta furtivamente y cambia la dirección. Y así, la hermosura destinada a la ventura de un discreto, llega a las manos del torpe o del mentecato, con que el idilio se convierte en comedia o en tragedia.”

Citas variadas
Fuente: Charlas de café.
Fuente: [Ramón y Cajal] (2017), p. https://books.google.es/books?id=Z41HDwAAQBAJ&printsec=frontcover&dq=9786071651174&hl=es&sa=X&ved=0ahUKEwjg1Jz_maDhAhVJ6uAKHUb3DxkQ6AEIKDAA#v=snippet&q=La%20hermosura%20es%20una%20carta%20de%20recomendaci%C3%B3n%20escrita%20por%20Dios&f=false
Fuente: https://books.google.es/books?id=Z41HDwAAQBAJ&printsec=frontcover&dq=9786071651174&hl=es&sa=X&ved=0ahUKEwjg1Jz_maDhAhVJ6uAKHUb3DxkQ6AEIKDAA#v=snippet&q=La%20hermosura%20es%20una%20carta%20de%20recomendaci%C3%B3n%20escrita%20por%20Dios&f=false

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“Protesto contra todo aquello que emana de la fuera bruta y no quiero que la sociedad esté expuesta a sufrir la fuerza bruta dejada en manos del pueblo, lo mismo que no quiero que tenga que sufrir la fuerza bruta dejada en manos del poder.”

Flora Tristan (1803–1844) escritora francesa que militó a favor del socialismo y del feminismo

Fuente: Kuschnir, Clara: Algunas reflexiones sobre las ideas de Flora Tristán. Hiparquia http://www.hiparquia.fahce.unlp.edu.ar/numeros/volii/algunas-reflexiones-sobre-las-ideas-de-flora-tristan
Fuente: Unión obrera (1843).
Fuente: [Tristan] (1977), p. 176.

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“Ninguna mujer nace para puta. En el mundo antiguo, todos los que no tenían qué comer nacían para esclavos y para putas, pero en un mundo que declara ser libre, nadie nace para tener que entregar su pudor a manos del primero que pase.”

Amelia Valcárcel (1949) filósofa y feminista española

Fuente: Youtube, 2019.
Fuente: Boix, Montserrat. «Debate Prostitución Amelia Valcárcel». 7 de marzo de 2019. https://www.youtube.com/watch?v=N4iXh4k4CDw YouTube. Consultado el 5 de junio de 2019.

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“La vida me enseñó que para no sufrir desengaños, lo mejor es abrazarse con las manos en los bolsillos.”

José Luis Alvite (1949–2015) periodista español

Fuente: Alvite, José Luis, (2008)
Fuente: De Áspero y sentimental, p. 11

“Yo creo que las artes marciales las inventaron dos sordomudos que se pusieron a discutir y llegaron a las manos.”

Luis Álvaro (1979) comediante español

En el monólogo "El mundo de las caricias"
Citas de monólogos en Central de Cómicos de Comedy Central, El mundo de las caricias (2012)

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“Cuando un cirujano en un quirófano (…) hace cortes, limpia y amputa, y la herida sangra ¿alguien le dice que sus manos están manchadas de sangre? ¿O le damos las gracias por salvar al paciente?”

Bashar Al-Assad (1965) Presidente de Siria

Fuente: informador.mx http://www.informador.mx/Internacional/Bashar-al-Assad-asegura-ser-un-cirujano-salvando-a-un-paciente-20120604-0204.html

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“El Estado ni tira la piedra ni esconde la mano. Cambia de manos y se queda todas las piedras.”

Pedro Ruiz (1947)

Fuente: [Albaigès Olivart] (1997), p. 363.
Fuente: El Estado y la madre que lo parió.

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“La noche del 25 de septiembre, manos que yo veo blancas en la oscuridad conspiradora, trataron de derribar la primera amenaza de la Libertad colombiana.”

Alberto Lleras Camargo (1906–1990) periodista y estadista colombiano

Fuente: En un artículo publicado en 1931 en el periódico El Tiempo se refería así al atentado orquestado por Santander contra Bolivar.

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“Después de siglos de inactividad, las mujeres jóvenes pueden ahora mirar hacia un futuro moldeado por sus propias manos.”

Rita Levi-Montalcini (1909–2012) una neurologista italiana

Cita
Fuente: Citado en obituario en The Guardian http://www.guardian.co.uk/science/2012/dec/30/rita-levi-montalcini

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“Aquí van a aparecer dos o seis imperios del dinero, que lo manejarán ellos (…) por consiguiente, a la larga, como apunta el General Mendoza, controlarán el Estado. Eso es lo peligroso. No será ahora, sino con el tiempo. En ocho o diez años tendrán al país en sus manos.”

Augusto Pinochet (1915–2006) militar y dictador chileno

Según el acta Nº398-A de la Junta de Gobierno, donde se registran las reuniones para decidir la implementación del sistema de AFP, en reemplazo del mecanismo de reparto que funcionaba hasta entonces.

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“La riqueza de la sociedad es creada por los obreros, campesinos e intelectuales trabajadores. Si ellos toman su destino en sus propias manos, siguen una línea marxista-leninista y, en vez de eludir los problemas, adoptan una actitud dinámica para resolverlos, no habrá en el mundo dificultad insuperable para ellos.”

Mao Zedong (1893–1976) Presidente del Partido Comunista de China

Nota de introducción al artículo «El secretario del Partido toma la dirección y todos los miembros del Partido ayudan a administrar las cooperativas. (1955), El auge socialista en el campo chino.
1955

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“La Sociedad de las Naciones (…) fiel a su corta y lamentable tradición, sigue siendo un instrumento en manos de los poderosos para asegurarse la paz armada, que es acrecentar la guerra futura por el camino más corto, es decir, mediante el exterminio de los débiles.”

Antonio Machado (1875–1939) poeta español

En los libros de Juan de Mairena, Desde el mirador de la guerra
Fuente: [Machado] (1968), p. 235.
Fuente: Los complementarios (1957). Originalmente publicado en La Vanguardia, el 25 de septiembre de 1938.