Frases sobre la noche.
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The Bronze Horseman

Memoirs of a Dutiful Daughter
Variante: A menudo me he interrogado sobre la razón y el sentido de mis rabietas.
Creo que se explican en parte por una vitalidad fogosa y por un extremismo
al cual nunca he renunciado del todo. Llevaba mis repugnancias hasta el
vómito, mis deseos hasta la obsesión; un abismo separaba las cosas que me
gustaban de las que no me gustaban. No podía aceptar con indiferencia la
caída que me precipitaba de la plenitud al vacío, de la beatitud al horror;
si la consideraba fatal, me resignaba; nunca me enojé contra un objeto.
Pero me negaba a ceder a esa fuerza impalpable: las palabras; lo que me
sublevaba es que una frase lanzada al descuido: "Debes hacerlo... no debes
hacerlo", arruinara en un instante mis empresas y mis alegrías. Lo
arbitrario de las órdenes y de las prohibiciones contra las que chocaba
denunciaba su inconsistencia; ayer pelé un durazno: ¿por qué no esa
ciruela?, ¿por qué dejar mis juegos justo en este minuto? En todas partes
encontraba obligaciones, en ninguna parte su necesidad. En el corazón de la
ley que me abrumaba con el implacable rigor de las piedras, yo entreveía
una ausencia vertiginosa: me sumergía en ese abismo, la boca desgarrada por
gritos. Aferrándome al suelo, pataleando, oponía mi peso de carne al aéreo
poder que me tiranizaba; lo obligaba a materializarse; me encerraban en un
cuarto oscuro entre escobas y plumeros; entonces podía golpear con los pies
y las manos en muros verdaderos, en vez de debatirme contra inasibles
voluntades. Yo sabía que esa lucha era vana; desde el momento en que mamá
me había sacado de las manos la ciruela sangrienta, en que Louise había
guardado en su bolsa mi pala y mis moldes, yo estaba vencida; pero no me
rendía. Cumplía el trabajo de la derrota. Mis sobresaltos, las lágrimas que
me cegaban, quebraban el tiempo, borraban el espacio, abolían a la vez el
objeto de mi deseo y los obstáculos que me separaban de él. Me hundía en la
noche de la impotencia; ya nada quedaba salvo mi presencia desnuda y ella
explotaba en largos aullidos.

“Mi corazón está brotando flores en mitad de la noche
Poema Azteca”
El libro vacío / Los años falsos

“Esa noche había en el aire un olor a tiempo.”
The Martian Chronicles Script
Tradiciones peruanas
“Caminaba por un sendero solitario en una noche sin estrellas”
Cuentos que Cuento: Blog Escribir para Aprender

“Me sentí como en el fin del mundo, atisbando al borde de un caos insondable de noche eterna.”
Within the Whirlwind

“Tanto la quería,
que, tardé, en aprender
a olvidarla, diecinueve días
y quinientas noches.”
Shadow Souls

Adulterio
Variante: La noche, por el simple hecho de ser noche, es capaz de revivir en nosotros los terrores de la infancia, el miedo a la soledad, el pánico a lo desconocido. Sin embargo, si conseguimos superar esos fantasmas, superaremos fácilmente los que aparecen durante el día. Si no tenemos miedo de las tinieblas, es porque somos compañeros de la luz.

Veinte poemas de amor y una canción desesperada / Los versos del capitán
Hilando historias

Canto a mí mismo: Editorial Fuego Azul

Rita Hayworth and Shawshank Redemption: A Story from Different Seasons

Madrid, 1940: Memorias de un joven fascista
Nacidos para correr
Nacidos para correr: La historia de una tribu oculta, un grupo de superatletas y la mayor carrera de la historia